La travesía del Real Zaragoza en Segunda División ha sido un tormento en general. Pero lo es aún más a la hora de elegir la referencia en ataque. Aquel a quien tirarle un balón y que lo termine transformando en un tanto en los viejos videomarcadores del Municipal. Alguien que a través de sus goles nos acerque al ascenso. Descubrir al máximo goleador de la temporada.
Lo cierto es que, en estos años en segunda, podemos encontrar luces y sombras con la que ha sido la mayor referencia goleadora del equipo. Un dato: el máximo anotador del equipo solo ha superado la barrera de los quince goles en cuatro de las nueve temporadas que ha competido en la segunda categoría del fútbol español. Algo muy incompatible con el objetivo del ascenso.
Si echamos la vista atrás, lejos queda la temporada de Roger. La 13/14 fue la de los trece goles del valenciano, una aportación insuficiente a pesar de ser la más alta de la plantilla. Entre Montañés, Víctor Rodríguez y Henríquez se repartieron el resto del pastel; cuatro, cinco y seis goles respectivamente.
Al año siguiente, el protagonismo fue para un tal Borja Bastón. El chico que encandiló a la parroquia zaragocista y por el que su vuelta se ha suspirado tantas temporadas. ¿Qué hubiera sido del Real Zaragoza si Borja no se hubiera lesionado a las puertas del play off? Aun así, le dio tiempo de anotar 22 goles. La cifra más alta de los blanquillos en segunda.
Llegó Ángel para hacerle olvidar. Tras una floja 15/16, con 11 goles y con el desastre de Palamós de por medio, cumplió con creces. Anotó en la siguiente 21 dianas y salvó de esta manera al equipo, que acabó decimosexto a dos puntos del descenso.
Tras dos años de estabilidad con el canario, llegó al Real Zaragoza la lluvia de cesiones ocasionada en parte por el deterioro de las arcas del club; convertido cada año que pasa en un equipo más de segunda. Y es que, desde la campaña 17-18 a la 19-20, los afortunados en ser los máximos anotadores serían todos cedidos.
Llegó Borja Iglesias y enamoró a la ciudad. Una Zaragoza llena de leones estuvo gobernada por un panda, y acercó a los blanquillos a primera hasta que Diamanka se encargara de cabecear el balón de su vida. De los 22 zarpazos de Borja, se pasaron a los 10 de un lobo que por momentos pareció inofensivo. La dupla junto a Marc Gual fue una de las más esperadas, y al final, de las más decepcionantes. Desesperaron.
Y de la desesperación, nuevamente a la esperanza gracias a un desconocido Luis Suárez. La ciudad se acostumbró a desayunar café colombiano cada lunes. Los 19 tantos pudieron ser más. Todos sabemos cómo acabó la historia…
Llegó la sequía a Zaragoza
Parecía que el año pasado se había tocado fondo con un Haris Vučkić desaparecido, un Zanimacchia testimonial, un Iván Azón recién sacado de la Ciudad Deportiva, y un Álex Alegría del que… Mejor no hablar. Al igual que del Toro Fernández. Suerte que a Juanjo Narváez le dio por sacar su mejor versión goleadora. Qué lejos hubiera estado la salvación sin sus nueve zarpazos.
Al Real Zaragoza de los empates, se le suma este año el haber tenido la referencia atacante menos goleadora de todos los cursos, desde que el equipo descendiese a los infiernos en 2013. Sí, nunca el máximo goleador se había hecho tan pequeño ante la portería rival.
Si el año pasado la inspiración le llegó a Narváez, este curso nadie hubiera esperado los siete tantos de Vada. Y más teniendo en cuenta la baja aportación que ha tenido en cuanto a juego se refiere. Lo de Azón lo podíamos intuir. De los creadores de las siete maravillas del mundo llegaron las siete maravillas de Iván. Este chico va a dar que hablar este año, pero hay que dejarle crecer. ¿Tú que estabas haciendo a los 19 años?