Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, pero eso en el escenario en el que se maneja la SD Huesca no es del todo correcto; sus segundos tiempos son su mal menor. Dejando a un lado el mayor o menor acierto en la portería rival, la versión de los azulgranas cambia completamente cuando traspasa esa frontera de los primeros 45 minutos. Ya sea por la propuesta de juego, las variaciones tácticas, los cambios o por el mero empuje al verse por detrás en el marcador, a este Huesca le cuesta reaccionar, y cuando lo hace, lo hace demasiado tarde.
Datos muy llamativos y que pueden contextualizar la situación de los oscenses es que, exceptuando los dos primeros partidos y el duelo contra la Real Sociedad, el Huesca ha llegado al descanso por debajo en el electrónico. Los 4 goles a favor (todos en el sprint inicial frente a Eibar y FC Barcelona) y 9 en contra transformados en 5 derrotas, 2 empates y una victoria al término de los 45 primeros minutos, reflejan los pobres datos de la entidad altoaragonesa en las primeras partes.
En cambio, las segundas partes están siendo llamadas para realizar una hombrada partido tras partido. Son el mal menor porque a pesar de no sacar resultados positivos, por lo menos se ve un Huesca que intenta crear peligro y se acerca más a la portería rival. No obstante, por la poca mordiente o por un juego sin ideas claras siempre acaban apareciendo denominadores comunes que marcan el negativo desenlace de los partidos: cambios revolucionarios que desdibujan el sistema, balones colgados sin criterio que no encuentran rematador o centrales que buscan el remate en jugadas de ataque donde dejan descubierta la zaga.
Mejor rendimiento tras el descanso
En estas segundas mitades se puede observar una ligera mejoría. Aunque se hayan marcado 3 goles y se hayan recibido 9, el dato en cuanto a sensaciones es irreal, ya que de esos 9 en contra, 5 fueron en el vendaval del FC Barcelona. Esto, traducido al balance de victorias, empates y derrotas, equivale a que el Huesca ha vencido en una ocasión, ha empatado en 4 y ha perdido en 3 segundas partes. La diferencia entre lo que se ha ganado y se ha perdido en las segundas partes ha sido de un sólo punto negativo de diferencia.
Si el Huesca quiere revertir esta situación todo pasa por mejorar su imagen en las primeras mitades, una asignatura que se le resiste. Porque como bien dijo Chimy Ávila jugar ante el Girona”debemos impedir que se pongan por delante en el marcador. Últimamente parece que debamos recibir ese ‘cachetazo’ del primer gol para espabilar y a partir de allí que surja una reacción”.
Por ello, es mejor empezar a tapar los agujeros del barco poco a poco para evitar que se filtre el agua y su consecuente hundimiento, antes de que se navegue todos los partidos a contracorriente y sin rumbo.