Y el sueño se hizo realidad. El Huesca ha conseguido en Lugo el mayor hito de su historia. El club ya está en la mejor liga del mundo. La capital altoaragonesa y el resto de Aragón lo celebra por todo lo alto.
Lugo ya está anclado en la memoria del fútbol aragonés. Una fecha para recordar: el 21 de mayo de 2018. Y una hora: las 21.06, la del gol de Gallar. Esto ya no es un sueño. Es una bendita realidad. Un tanto para alfombrar algo histórico. El Huesca busca acomodo ya en la mejor liga del mundo. El fútbol solo entiende de pasión y, quizá, un poco de razón. Hoy, lo que ha hecho Rubi como ariete de un grupo fantástico es algo difícil de expresar en palabras. Hoy, este equipo pone la guinda a muchos años de trabajo, a muchas horas de pena y escasa alegría en esas 30 temporadas en Tercera, a tardes en un Alcoraz con unos pocos incondicionales creyentes en un sueño y de otras vibrando con sus gradas llenas, a muchas horas de labor callada en un club que proyecta no solo la ciudad de Huesca y su provincia, también a Aragón, al exterior.
La histórica ciudad de Lugo, coqueta, amurallada, con sus casi 100.000 habitantes, bellísima y cargada de historia ha sido testigo de una proeza. Porque el Huesca ha roto esquemas. El fútbol mueve cifras fabulosas, presupuestos de escándalo, el fútbol de hoy es absolutamente global. Y por esto, que un equipo de una ciudad de 50.000 habitantes, con el cuarto presupuesto más bajo de la categoría, con jugadores clave lesionados durante varios partidos y con un bache profundo de resultados que lo podía haber desmoronado, logre billete para estar con los más grandes es para pellizcarse y palpar, creer, que todo es posible. La tropa de Rubi. Sus soldados. Los Melero, Cucho, Pulido, Remiro… y quienes son el pegamento de este equipo como Camacho, el eterno capitán Camacho, Nagore, Carlos David son quienes han logrado el ascenso a orillas del río Miño.
El Anxel Carro es un campo especial, uno de esos estadios –el quinto prado más grande de la categoría- donde la presión de la grada es sentida por los jugadores. Y allí, unos 400 aficionados apretaron para llevar a los suyos a la arcadia. En Huesca ciudad, en el Palacio de Congresos, más de un millar también lo hicieron desde la distancia. Y no era fácil. La Liga ha dejado a los gallegos en la zona media de la tabla, con sensación de equipo rocoso que no perdía desde hace cinco jornadas y que buscaba su récord de puntos en la categoría.
Necesitado de la victoria, el Huesca se fue pronto a buscar la historia ante un invitado que no quiso ser mera comparsa. Y como si la ansiedad, los nervios no existieran, Gallar puso la bola en la red con un zurdazo colosal. Tras el acoso hubo más dominio lucense y Remiro salvó con una parada de balonmano el empate en un disparo a bocajarro de Escriche. Seis minutos después se fue al suelo como consecuencia del impacto y tuvo que ser sustituido por Santamaría. Y casi en frío sacó una bola de gol de forma milagrosa a la que no llegó Cristian Herrera emparejado con Pulido.
Si a las 21.06 el Huesca estaba en Primera. A las 21.37 certificó el ascenso. Magistral Pulido. Con un tacón de oro a pase de Ferreiro. Tremenda calidad la del defensa con un toque perfecto, epítome, quizá, de la temporada de un equipo que si bien ha asombrado con individualidades su valor descansa en el grupo.
Con tan solo 45 minutos para ser equipo sí o sí de Primera División, el Huesca se atrincheró ante un Lugo que acosó. Se quedó agazapado. A la espera de su oportunidad. Escriche falló de cabeza lo imposible en el 53 y su segundo testarazo se encontró con las manoplas de Santamaría. Tocó reaccionar, porque el conjunto lucense amenazó muy serio en estrechar el marcador. Pero la presión era entonces una losa.
Rubi quitó a Ferreiro y puso a Sastre para equilibrar el juego del Huesca, para meter músculo y veteranía con la que agotar el tiempo en un partido histórico para el conjunto altoaragonés. A Pulido le negó el árbitro su segundo gol por un fuera de juego discutible. La cercanía del final aprisionó al Huesca. La potencia con la que entró en el partido se diluyó. Lo mejor era la ventaja y el premio a la misma con los minutos del reloj pasando lentos.
El Huesca sufrió ante un Lugo que dejó una defensa con tres jugadores y un Huesca que aceptó encastillarse ante un seguro Santamaría a la espera de meter un zarpazo letal. Los lucenses cargaron por la banda de Alexander y el Huesca necesitaba apresar el cuero para ordenar su juego. Rubi quitó a Cucho y puso a ‘Chimy’ para inyectar tensión sobre el prado. Seguía el reloj lento, pero seguro. Y al final, la explosión, la felicidad máxima, la historia conseguida por un equipo, por una plantilla, un cuadro técnico, una directiva y una afición que la próxima temporada estará por derecho propio en la mejor liga del mundo.
Ficha técnica
CD Lugo: Roberto; Kravets, José Carlos, Luis Muñoz, Lemos; Romero (Chuli 61’), Seoane, Cristian Herrera (Sergio Gil 46’), Azeez (Federico 72’) e Iriome; Escriche.
SD Huesca: Remiro (Santamaría 26’), Brezancic, Jair, Pulido, Alexander; Aguilera, Melero; Ferreiro (Sastre 58’), Moi, Gallar; Cucho Hernández (Chimy 80’).
Goles: 0-1 Gallar min 6. 0-2 Pulido min.37
Árbitro: López Toca. Amarilla a Melero 22’, Brezancic 41’, Moi Gómez 47’, Lemos 58’, Sergio Gil 71’, José Carlos 77’.
Estadio: partido disputado en el Anxel Carro, con 3.165 espectadores en las gradas.