En otro tiempo en el que se andaba sin mascarilla y llegadas las fiestas de San Lorenzo, se echaba alguna tarde en las ferias, recuerdo que una de las citas obligadas era la partida al juego de los camellos.
El funcionamiento del juego, tan engañosamente sencillo como adictivo, no requería más que ciertas dosis de habilidad y puntería. En el plano inferior un tablero perforado con la numeración del 1 al 3 en el que el jugador tenía que acertar a introducir una bola por los orificios señalados. En el plano superior, unos camellos alineados dispuestos para la carrera y avanzar en función del acierto del tirador.
Ayer, tras presenciar el partido del Huesca me vino a la cabeza este juego. El Huesca siempre apunta al 3 y hace muchas cosas bien para conseguirlo. Se prepara, apunta, lanza… pero demasiadas veces no obtiene la recompensa buscada.
Llegados a este punto, al tirador pueden surgirle dudas. Quizá si apunto siempre al 1, que está más cerca, tiraré más veces y puedo sumar más puntos. Aunque si acierto una vez al 3 avanzo el triple que de la otra forma…
En años anteriores ha sido suficiente sumar 40 puntos para mantener la categoría en la primera división del fútbol español. Múltiples combinaciones pueden dar con la cifra mágica. Entre ellas: 13 victorias, 1 empate y 24 derrotas, pero también 7 victorias, 19 empates y 12 derrotas.
En mi opinión, mejor seguir apuntando al 3. Aunque algunas veces sólo consigamos el 1. Cuando empecemos a sumar lo que merecemos veremos las cosas de otra manera.
NOTA. Con permiso de todos, me siento incapaz de escribir una sola línea de fútbol antes de acordarme de tí. Gracias por todo José Ramón. Tú siempre apuntaste al 3. Espero que donde estés puedas disfrutar de lo que por tu buen hacer mereciste.
Autor: Pablo Pueyo Canalis