Un equipo en construcción contra uno de los favoritos al ascenso. Granada espera este sábado a un Levitec Huesca que llegará sin el rodaje deseado, a la espera del pivot Will Butler y con tan solo nueve entrenamientos cosidos en cinco contra cinco. No es por poner la venda antes de la herida, pero está claro que el objetivo de sacar una victoria ante Granada se antoja difícil. David Gómez tiene en su frontispicio dos cosas claras: hay que competir y hay que ir día a día.
En esta LEB Oro, Granada se presenta con una plantilla de quilates. Es lo que tiene el poder del dinero. En sus filas tiene a lo mejorcito que ya en la competición puesto por puesto. De Christian Díaz a Murphy o Bropleh, el equipo andaluz ha conseguido conformar un equipo de campanillas, con tiempo para conjuntarse y baloncesto suficiente para hacer 40 minutos muy largos a cualquier rival.
El técnico del Levitec Huesca ha recalcado en su rueda de prensa que su equipo está en situación de pretemporada. Dos semanas de trabajo con nueve sesiones claras de entrenamiento absoluto. “La mejor, la última”, ha deslizado en una frase que deriva en que la siguiente cita será más positiva. Cada vez habrá más pegamento, pero tardará en que se puede ver la mejor versión de este Levitec Huesca.
Defensa sólida
Quiere ver ante el Granada una defensa sólida o empezar a solidificar que sea difícil atacar el aro propio. David Gómez suelta las frases con acotaciones. Quiere que su equipo mande el mensaje de que sea “terrible” encestarles y lo acota con que “cuesta” llegar a ese punto. Todo descansa en el poco tiempo que llevan conjuntados. No le da más valor a lo que hay en juego contra Granada que lo que habrá contra Lleida o Canoe. “Son dos puntos en juego en cada partido”, recuerda.
El preparador de Levitec destierra ese “partido a partido” que el Cholo Simeone elevó a categoría de mito y apuesta por el “día a día” para un equipo del que tiene plena seguridad que elevará su listón con la competición. E item más. Contra Granada parece que habrá público en las gradas, un máximo de 300 aficionados en una competición donde no es segura la presencia de aficionados en todas las canchas.