Una grieta insalvable entre el campo 2 y el campo 3 obliga a retirarse del intento de hacer cima en el Manasu a los montañeros de Mayencos que se encuentran ya descansando en Katmandú, tras un descenso peligroso.
No ha podido ser. El Manaslu tendrá que esperar. El banderín del Club Mayencos de Jaca que Pedro García y David Orna llevaban al ‘ochomil’ se reserva para otra ocasión. El club de Jaca ha anunciado la retirada. “La montaña dio pocas oportunidades al grupo formado por Xavi Arias Guía, Sergi Ruedas, Flower Wayta, Héctor Ponce de León y los montañeros de Mayencos Pedro García y David Orna”, explica el club. Durante estos días, los expedicionarios han trabajado muy duro lo que les deja con el mal sabor de boca al no haber podido, a pesar de sus esfuerzos, conquistar tan alta cima.
Ahora mismo, tras un duro trekking de retorno, descansan ya en Katmandú a la espera de tener vuelo para este regreso anticipado. En crónica de voz, transmitida a través de Whatsapp, comunicaron esta misma mañana sus experiencias y la dura decisión que tomaron al tener que abandonar la montaña, debido a las dificultades que ofrecía. David Orna no escondió cierta tristeza, pero es que han tenido muy pocas oportunidades ya que la zona de seracs, entre los campos 1 y 2 ha estado muy complicada. Los puentes de nieve se rompían, las grietas se hacían más grandes. En el tercer intento, a partir del Campo 2 había una de metro y medio de ancho y 60 de profundidad que con mochilas cercanas a los 20 kilogramos de peso para equipar el Campo 3 hacían imposible dar el salto. la decisión de regresar la tomaron en el Campo 1.
Y no fue una decisión fácil. Por sus cabezas, el recuerdo de todo un año de preparación frenado por una grieta infranqueable. Tras unas horas de descanso, después de la durísima jornada anterior sin apenas comer, reemprendieron el descenso por un laberíntico glaciar, con pocas balizas, cuerdas fijas y escasa seguridad. David Orna cayó en una grieta, y gracias a la mochila, solo se hundió hasta las axilas, lo que le salvó de caer más de treinta metros. Tras el susto y la recuperación siguieron el descenso, ya de noche hasta el Campo Base, a donde llegaron exhaustos. Los cocineros les ayudaron a rehidratarse y alimentarse. En ese periodo de descanso asumieron definitivamente que la vuelta a casa era inminente. Eso sí, regresan cargados de experiencias en este primer trato con un ocho mil, en el caso de David, de una montaña extraordinariamente bella, así como el trekking de aproximación.
Vuelven con los sinsabores propios de no haber hecho cumbre, que es lo que más deseaban, por ellos, por el Club Mayencos, y por todas aquellas personas y entidades que han confiado en ellos, “pero con la entera satisfacción de que han sacado lo mejor de ellos mismos, de que se han exprimido ante una montaña que en esta ocasión no se ha dejado, pero de la que también han sabido sacar lo mejor”, señala Mayencos en su página web.