La llegada de Juan Carlos Carcedo ha traído un cambio de presión que, hasta ahora, el Real Zaragoza no había practicado. Líneas altas, agresivos tras perdida y una defensa expuesta con muchos metros que correr hacia atrás. Sin embargo, eso no ha propiciado que los blanquillos pierdan ni un ápice de la solidez defensiva que ha caracterizado a la zaga zaragocista durante estas dos últimas temporadas.
En Gran Canaria, se volvió a ver un bloque compacto y contundente en área propia. Contando que Las Palmas atesora gran cantidad de talento en la zona de mediapuntas con Jonathan Viera, Álvaro Jiménez o Alberto Moleiro, no debería ser baladí. El Real Zaragoza ha encontrado un sostén sobre el que construir un proyecto cuyas incógnitas se ciernen en el tercio atacante del campo.
En medio de un vendaval de cambios, valientes por lo general, la retaguardia del Real Zaragoza se mantiene. Un muro formado por cuatro defensas y un portero que cualquier aficionado del club maño puede decir prácticamente sin pensar. El conjunto aragonés es un rival difícil de batir, sólido y con unos principios muy reconocibles respecto a las ideas que quiere imponer su entrenador.
Rendimiento ante Las Palmas
Cristian Álvarez continúa siendo ese factor decisivo que salva al Real Zaragoza en momentos de debilidad. Cuajó una actuación notable en portería con cinco paradas, destacando una al final del encuentro a tiro de Eric Curbelo.
Muy pocas parejas de centrales hay en La Liga SmartBank más estables que la que tiene el conjunto maño. Los máximos exponentes del núcleo duro de la defensa, Jair Amador y Alejandro Francés, volvieron a firmar un partido serio. Marc Cardona fue más un peligro por su movilidad que por cualquier jugada individual. Con un 78% y 83% de acierto en el pase, la propuesta propositiva del Real Zaragoza también pasa por ellos.
Tiene en el lateral derecho Juan Carlos Carcedo al jugador por excelencia que siempre asegura un buen rendimiento. Más largo el pasado sábado que Chavarría por izquierda, Fran Gámez pudo descolgarse en ataque y generar jugadas de peligro. Fue un argumento consistente durante buena parte del segundo tiempo y la reacción del Real Zaragoza comenzó a levantarse en torno a su figura.
Es indudable el crecimiento de Chavarría desde que aterrizó en La Romareda. Plenamente adaptado a la categoría, el ex del Olot secó a Álvaro Jiménez y fue una alternativa puntual en ataque. Quizás se propagó menos de lo habitual, pero su aportación desde el carril zurdo volvió a ser muy positiva: un pase clave, tres intercepciones, ganó más de la mitad de los duelos que disputó y siempre tuvo esa intención dañina con centros en ataque.
El primer examen del curso fue saldado con éxito, defensivamente hablando, pero la exigencia no disminuye cuando el Levante es tu próximo rival. Se estrena el próximo sábado el Real Zaragoza en La Romareda ante uno de los equipos más potentes de la categoría, aspirante al ascenso y con un bloque ya armado procedente de Primera División.