Los inicios de los nuevos ciclos, mayoritariamente, vienen acompañados de cambios. El de Escribá al frente del Real Zaragoza no iba a ser menos. Y una de las variaciones ha sido la del rol de Manu Molina, que, sin duda alguna, está siendo uno de los principales damnificados por el cambio de técnico.
Su fichaje, que se hizo oficial a mediados de julio, fue una apuesta y una petición personal del ex técnico del Real Zaragoza, Juan Carlos Carcedo. El veterano centrocampista llegó en el clímax de su carrera futbolística, lo que, a priori, le convertía en una incorporación interesante y en una pieza fundamental en el nuevo proyecto del conjunto aragonés. Sin embargo, su rendimiento, que hasta ahora no ha cumplido con las expectativas, y el cese de su máximo valedor han provocado que su situación deportiva cambie radicalmente.
Con el ex entrenador de la UD Ibiza, se convirtió en una pieza indispensable: el pivote andaluz participó en cada uno de los quince partidos que dirigió el riojano. No obstante, desde la llegada de Fran Escribá al banquillo, se ha convertido en el único mediocampista de la plantilla que no ha tenido minutos desde la destitución de Carcedo, efectiva hace apenas un mes tras caer con superioridad numérica en el Estadio de Mendizorroza. Un dato bastante llamativo, cuanto menos. De hecho, Manu Molina, estando disponible y convocado, no encadenaba dos encuentros ligueros consecutivos sin saltar al terreno de juego desde el 25 de noviembre de 2017, cuando jugaba en el Lleida Esportiu en Segunda División B. Por ello, es más que evidente que, en las últimas semanas, su escenario ha dado un vuelco de 180 grados.
Este cambio de contexto para el onubense, salvo giro inesperado, podría motivar su salida en el mercado invernal de un club al que llegó en verano con la vitola de imprescindible. De esta manera, su marcha se uniría a la casi segura del nigeriano James Igbekeme, que hasta hace poco estaba cedido en el Columbus Crew estadounidense. Dos despedidas que aligerarían la masa salarial de la plantilla y permitirían al Real Zaragoza acometer algún fichaje para reforzar una medular tan mermada debido al pobre nivel actual de sus integrantes.