La victoria ante el Alcorcón ha dado un punto de tranquilidad a La Romareda. El Zaragoza encontró aire a través del resultado, más allá de que el técnico no sintiera ansiedad tras los primeros encuentros: “Nuestro deporte se mueve mucho por estados emocionales. Pero el equipo estaba dando buenas sensaciones y me alegré mucho por el grupo. (…) Aún así, no ha habido un cambio sustancial. También cuando se gana hay que tener equilibrio emocional”.
JIM valoró también ante los medios la profundidad de su plantilla: “La competitividad del grupo va a ser muy bonita este año. Las características de los jugadores te dan muchas variables y el entrenador siempre quiere tener esos problemas”. Al mismo tiempo, reconoció que tiene todavía dudas que resolver para confeccionar el once en el Fernando Torres. Y no quiso dar pistas más allá de que habrá cambios respecto al once que inició el duelo en Alcorcón.
Las virtudes del Fuenlabrada
En su comparecencia, resumió las virtudes del equipo madrileño: “El Fuenlabrada es un equipo muy vertical, que intenta jugar constantemente en tu campo y ganar segundas jugadas. Tienen dos futbolistas veteranos con mucho fundamento: Pedro León y Cristóbal Márquez, a los que hay que vigilar siempre”. Incidió en las cualidades de un equipo renovado y puso el foco sobre las acciones a balón parado. Especialmente ante un equipo dirigido por José Luis Oltra, un enamorado de la estrategia.
Descartó de manera sutil la incorporación de un lateral derecho ante la operación de Vigaray y elogió el sentido competitivo de Fran Gámez para el puesto y el carácter de su plantilla. Especialmente, tras remontar un partido que se complicó en Santo Domingo. La última vez que el Zaragoza le dio la vuelta a un marcador fue el 23 de junio de 2020 en Extremadura y el técnico analizó los secretos de la reacción. “Les dije que había que estar siempre en el partido, independientemente del minuto que fuera. Era una adversidad: el fútbol nos puso a prueba. El equipo supo interpretar y leer los problemas a la hora de competir”.
Mostró además su alegría por el papel de los internacionales y le dio valor al partido en Fuenlabrada: “Hay que ganar y ganar partidos porque se necesitan muchos puntos para alcanzar el objetivo.” Un fin que no puede ser otro que pensar “en el próximo partido e ir quemando etapas a través de los puntos”.
En su comparecencia, dejó también una advertencia: “El partido en Fuenlabrada exige un grado de concentración altísimo. En cualquier jugada puede llegar un gol o una ocasión”.