HUESCA | Ni que decir tiene que el Peñas espera haber puesto pie en pared con el partido que firmó contra el Melilla y quiere que la fiesta siga contra Ponferrada. Será este sábado sobre el parquet del equipo leonés donde los de Rafa Sanz certifiquen o no su catarsis respecto a los tres partidos anteriores al que cerró el año. Sola es la seria duda del entrenador. Se quedó fuera el jueves y tampoco se ejercitará hoy.
El preparador del Peñas tiene claro que las victorias son clave para el buen funcionamiento del equipo. Ya se sabe, cuando se logra un triunfo y, además, con la contundencia y juego desplegado contra Melilla todo se ve mejor. “Las victorias ayudan a la moral del equipo, al ambiente, a percibir que lo que haces tiene sentido”, afirmó en rueda de prensa. El preparador cordobés del Peñas recalcó que como ocurre en cualquier otro equipo de esta LEB Plata se vive de la “capacidad defensiva” para no conceder puntos fáciles. Por eso advirtió que el Ponferrada será una prueba dura porque, dijo, es un equipo “largo, con profundidad de banquillo”.
A esta foto del Ponferrada, Rafa Sanz añadió que se trata de un equipo “rápido y vertical, que juega bien al contraataque y tiene capacidad de rebote”. Por todo ello, tiene claro que la victoria del Peñas pasará por jugar un buen baloncesto desde la defensa. Y para ello subrayó que el balance defensivo empieza con “un buen ataque, sin regalar balones, estando bien distribuidos espacialmente porque cómo defiendes como atacas”.
En su análisis del Ponferrada, Sanz puso el acento en que se trata de un equipo de rachas lo que implica que sus jugadores tendrán que ser fuertes desde el punto de vista mental para no venirse abajo. El técnico reiteró que su Peñas está “muy verde” lo que implica que en la coctelera entren partidos muy buenos con otros sin tanta consistencia. Es una cuestión de madurez y de hábitos. Este Peñas ha jugado más partidos buenos que el de Melilla, menos contra Zamora ha sido competitivo, pero le falta la regularidad y el acierto necesario para coser siempre partidos con victorias. Sanz lo resume en una cuestión “de tiempo”.