ZARAGOZA | Nadie dijo que la Segunda Division fuera fácil. Hasta los mejores equipos que han pasado por esta categoría han sufrido malas rachas. Sin embargo, han logrado reunir la fuerza suficiente para reponerse y volver a ser dominantes. Algo parecido le ocurre al Real Zaragoza, inmerso en una racha de mal juego, malos resultados y acontecimientos rocambolescos. Ahora, cuando parece que está todo en contra, es cuando el conjunto de Fran Escribá tiene que dar un paso adelante y disipar los fantasmas de semanas anteriores, y qué mejor lugar para hacerlo que El Plantío.
No es la primera vez que el Real Zaragoza acude al feudo del Burgos CF en apuros, pues en noviembre 2021 el conjunto aragonés visitó la ciudad castellano-leonesa inmerso en una racha complicada. Con Juan Ignacio Martínez a los mandos, el Real Zaragoza acumulaba 9 empates consecutivos. Sin embargo, esta tendencia a las tablas cambió cuando en el minuto 83 de partido Álvaro Giménez culminó con un disparo a la escuadra un contraataque de libro comandado por la medular zaragocistaun contraataque de libro comandado por la medular zaragocista, formada por Íñigo Eguaras y Francho Serrano. El partido finalizó con 0 a 1, y a partir de ese momento el equipo cogió aire y acumuló dos victorias más ante el Sporting de Gijón en La Romareda y ante Las Palmas en las islas.
El año pasado fue distinto, pero podemos observar algún denominador común. El Real Zaragoza y el Burgos se enfrentaban en el que era el segundo partido de Fran Escribá como entrenador del cuadro maño. Tras conseguir un empate en los minutos finales ante el Málaga, un Real Zaragoza necesitado de puntos visitaba uno de los campos más duros de la categoría. Durante los meses finales de 2022, el conjunto blanquinegro había hecho de su estadio un fortín, donde únicamente había ganado en el CD Tenerife en las 17 primeras jornadas de campeonato. Sin embargo, un gol de Curro Sánchez en los instantes finales del encuentro negó la victoria a un Real Zaragoza que había conseguido volver a adelantarse en el marcador tan solo dos minutos antes. Vistos los precedentes anteriores, jugar en El Plantío en noviembre significa redención y da ciertas esperanzas de que lo mejor está por venir.