La afición lo ha conseguido. Parecía imposible que Víctor Fernández continuase en el banquillo del Real Zaragoza, pero finalmente así será. El técnico dijo por activa y por pasiva que no iba a continuar. Su desgaste, reconocido por él mismo públicamente, era evidente. Y es que nunca es plato de buen gusto ver como tus esfuerzos no fructifican en resultados.
A pesar de ello, con el paso de las semanas Víctor se ha sentido de nuevo en casa. La plantilla en este sentido, ha sido importante. Todos los jugadores han reconocido sin tapujos que querían que Víctor siguiese. Sus ideas sobre el campo y su concepto de juego hacen que la plantilla se sienta cómoda, permitiendo a cada futbolista sacar lo mejor de sí mismo. Algo que solo pueden hacer los grandes entrenadores.
El papel de la afición ha sido todavía más fundamental. El cansancio y los quebraderos de cabeza quedan atrás ante la ilusión que despierta que 20.000 gargantas canten al unísono: “Víctor, quédate”. Las redes sociales se inundaron durante la semana pasada de mensajes de apoyo a la labor de Víctor Fernández. El técnico ya no tenía tan clara su decisión inicial de marcharse este mes de junio.
El club no podía hacer oídos sordos ante el clamor popular. Muchas veces desde la dirección de un club se deben tomar decisiones que no contentan a todos, pero esta vez era muy diferente. Asegurar la continuidad de Víctor iba a suponer una inyección de optimismo para toda la grada. El Real Zaragoza lo tenía muy sencillo: ¿Para qué buscar fuera de casa lo que te puede ofrecer el entrenador más querido por la afición?
Tras unos días de negociaciones, el deseo de todas las partes se ha hecho realidad. Víctor seguirá. El club contará con el mejor entrenador de las últimas temporadas. Los jugadores tendrán un espejo en el que mirarse en cuanto a compromiso y trabajo. Y la afición, esta vez sí, sentirá que su corazón blanquillo se refleja en un cuerpo técnico que será más zaragocista que nunca.