ZARAGOZA | El Real Zaragoza suma 10 de los 12 puntos disputados hasta la fecha. El arranque del proyecto ha superado las previsiones, si se atiende a los condicionantes de este inicio de curso. La mayoría son ya conocidos: tres partidos a domicilio y una plantilla en una fase casi embrionaria; con el mercado abierto hasta la tercera jornada y hasta 13 movimientos de entrada. A ese contexto hay que añadirle una dificultad conocida: la lesión de un futbolista por semana, con pleno además de recién llegados en esa estadística.
Quizá por esa noción tiene todavía más mérito el primer balance. Los resultados se entienden además a través de un juego coral, en el que el talento está siempre al servicio del equipo. También por la construcción de una plantilla competitiva, que difumina las líneas entre los titulares y los suplentes. Un dato lo demuestra mejor que cualquier otro: solo Mario Soberón ha sido capaz de marcar partiendo desde el once. Lo ha hecho como nunca y como nadie, con cuatro tantos repartidos en dos dobletes, ante el Cádiz y Elche.
El resto de los goles que el Zaragoza ha marcado en el curso parten de su banquillo: 5 de los 9 los firmó su segunda unidad. Francho Serrano ha anotado dos goles que significaron muchas cosas. El primero de ellos llegó sobre la bocina de Cartagena y sirvió para vencer. El segundo, ante el Elche, decoró la goleada con un zurdazo inapelable. En el estreno del curso, Aketxe resolvió de diestra y Marcos Luna culminó la victoria más amplia en El Nuevo Mirandilla. En la segunda cita del curso, Pau Sans agitó el partido con su juego de calle y un gol que lo cambió todo.
La suma de ese balance admite además otro detalle sustancial: los goles desde el banquillo tienen el sello de la cantera, 4 de esos 5 tantos los firmaron jugadores que parten de La Ciudad Deportiva. Apreciados por el público, entonados en el juego e integrados en la competencia de la plantilla Francho Serrano, Pau Sans y Marcos Luna supieron mejorar el panorama con el partido en marcha. La tensión competitiva, el dinamismo y la intención de Francho Serrano parece el mejor ejemplo. Ha repartido sus 61 minutos de juego en tres partidos y ha sido capaz de marcar dos tantos difíciles de olvidar. Ante esa premisa y la lesión de Keidi Bare, cuesta creer que pueda partir como suplente en El Plantío.
Al margen de los números, que igualan ya los goles anotados por la segunda unidad en la última temporada, se imponen algunas sensaciones. El grupo está unido, lleno de competencia, con muchos futbolistas capaces de cambiar las cosas. Entre ellos está también Iván Azón, capaz de poner los partidos boca abajo, pero nublado hasta el momento ante el gol, negado siempre por los postes. También se adivina una fluidez distinta en Toni Moya y un regate prometedor en Adu Ares. La lectura de los partidos arroja además una conclusión: el Zaragoza pareció acabar siempre los partidos mejor de lo que los había empezado.
Víctor Fernández ha descubierto una fortaleza en este inicio de temporada: su fondo de armario y el poder de su segunda unidad.