Juan Carlos Carcedo vivió en el Estadio de Gran Canaria su primera prueba al frente del Real Zaragoza. El duelo en los banquillos le midió además con un técnico que comparte algunas de sus virtudes. García Pimienta representa también el fútbol asociativo y un juego moderno y actualizado. En esa línea vive también Carcedo, que destaca como un estudioso de la pizarra y sus secretos. El enfrentamiento se resolvió de un modo diplomático: una parte para cada equipo y un empate a medianoche.
Las decisiones estratégicas tienen un valor todavía más especial en las primeras veces. Juan Carlos Carcedo presentó en su alineación una novedad simbólica. Miguel Puche apareció en el costado izquierdo, como una declaración de intenciones. Puche se había ganado su sitio en la pretemporada, con goles y un fútbol valiente y sin complejos. Carcedo demostró una cosa: él no atiende al estatus, sino a todos los méritos que ofrece el juego.
Curiosamente, la entrada de Puche sirvió más como símbolo que en el propio partido. El canterano no encontró grandes ocasiones, no pudo encarar a su marcador y jugó demasiado lejos del peligro. Pero la decisión sirve para describir a un técnico que actúa sin miedos y que valora a una generación imprescindible de cantera.
En el medio sigue habiendo algunas lagunas, que se acentúan especialmente en el retorno. En tramos concretos de los partidos, el equipo se vuelve largo y vulnerable. Todo lo resuelve una línea defensiva seria, en el lugar más fiable de toda la plantilla. Para el duelo ante el Levante, Carcedo deberá decidir si sigue apostando por el fútbol anárquico de Vada, si cree en las piernas de Francho Serrano o si le da las llaves del enganche a Sergio Bermejo, al que sustituyó antes de tiempo. Las otras dos piezas, las de Manu Molina y Jaume Grau, parecen el principio fundamental del plan de Carcedo.
Es difícil extraer grandes conclusiones del debut, pero la impresión general es más feliz que triste. El Zaragoza sigue en proceso de formación, pero ya ha mostrado en sus primeras escenas su facultad competitiva. Resiste en los momentos de dificultad, es capaz de mostrar muchas pieles durante los encuentros y tiene fondo para el final de los partidos.
Carcedo convence a todas las partes del club, a través de un método que atiende a los detalles. Su mensaje se entiende y se aplaude en el vestuario. En sus primeras impresiones ha logrado algo que suele darse mucho más tarde. Ha conseguido que su equipo se parezca a él. Y eso es mucho decir para un primer examen.