No hagamos drama tras la segunda derrota, pero tampoco dejemos pasar el análisis de lo visto en Soria. El Huesca se ha querido colgar desde el primer momento el cartel de candidato a todo, y por llevar ese título suspendió en Los Pajaritos, a pesar de hacer una primera parte de nota. Porque en los primeros 45 minutos lo hizo casi todo bien, sólo le faltó acertar de cara a gol y haber culminado alguna jugada más de peligro.
La presión volvió a funcionar, Mosquera fue capitán general y Ferreiro, sin ser el Ferreiro de siempre, tuvo un poco más de presencia aunque no fuera muy certero con los centros. Defensivamente el equipo estuvo perfecto: el Numancia no asomó por el área de álvaro Fernández y no inquietó en ningún momento al más del millar de azulgranas presentes en las gradas.
La segunda parte fue distinta. Primero porque hubo un rival enfrente y, en segundo lugar, porque la presión disminuyó. El Huesca fue empujado hacia atrás, y los relevos no mejoraron nada, al contrario. Algunos achacan al entrenador no haber leído bien el partido: yo entendí que con la entrada de Cristo se buscaba mayor presencia en el área, pero el canario jugó algo alejado de ella, entiendo que por órdenes de Michel y no por intención propia. Cuando ese pequeño cambio de esquema se vio que no mejoraba lo del primer acto, Míchel insistiñó con la entrada de Okazaki en lugar de refrescar un cansado centro del campo.
A eso, sumemos el segundo despiste defensivo que esta vez costó nuevamente tres puntos, en una zaga, donde todo funcionó genial salvo en esa falta que puso genial Marc Mateu y que acabó con el cabeceo fácil de Escasi. Una pena cerrar así un partido donde el empate hubiera sido lo más justo, aunque en la pasada jornada el Huesca ganara al Sporting también por pequeños matices.
Suspendo al equipo porque creo que puede dar mucho más. Aunque ambos centrales, Mosquera Rico y Juan Carlos rayaron a buena altura, eché de menos algo más de los laterales en ataque.
Los relevos, no dudo en que sean futbolistas de calidad y que pueden dar mucho más, pero a estas alturas, ninguno de ellos está llamando con insistencia a la puerta de la titularidad, y eso empieza a inquietarme porque espero mucho de este equipo. Eso sí, viene una semana larga antesala de una serie de partidos en muy poco tiempo, y el técnico deberá de gestionar bien su esquema y su idea de juego, que de momento, es tan eficaz en muchos momentos, vibrante y emocionante, como previsible.
Tampoco es cuestión de decir que todo marcha mal, ni mucho menos. Simplemente hay que reflejar lo que uno cree mejorable para que el equipo empiece a carburar a velocidad de crucero.