ZARAGOZA | Qué sería del Casademont de no ser por el Príncipe Felipe. El templo zaragozano tiene duende, magia, como quieran llamarlo, pero ningún rival de los rojillos, ya sea en ACB o en FIBA Europe Cup, ha conseguido cosechar un triunfo en terreno maño esta temporada. Y es que el conjunto dirigido por Porfi Fisac acumula casi todas sus victorias del curso -4 ligueras y 3 europeas- en su pabellón, aunque lejos de él haga mucho frío, pues el Casademont ha caído en todos sus choques disputados fuera de casa, a excepción de Anorthosis y Bursaspor (2 de 8). Así, el Príncipe Felipe se erige como el bastión del Casademont, un terreno inexpugnable, en el que los aragoneses, arropados por la marea roja, han logrado blindarse.
Haciendo un repaso cronológico en Liga, en la primera jornada liguera, el Casademont perdía 55-66 ante el Hiopos Lleida en el 28′, fruto de un gran desconcierto local y la expulsión del propio Fisac. No obstante, esta fue la primera vez en la que el Príncipe Felipe volvió a comprender un curso más que un factor determinante e impulsó al equipo maño a forzar una prórroga 87-87, dar un paso al frente, y vencer por una diferencia de +10 al cuadro catalán (101-91), dando la vuelta a un partido que parecía condenado al fracaso.
Como si de un déjà vu se tratará, en la tercera jornada, segunda disputada en casa, el Casademont volvió a tener que saber sufrir en la prórroga. A falta de 18 segundos para el final, los locales perdían de 5 (77-82) ante Joventut, pero una vez más, el equipo de Fisac no perdió la fe y vía Bell-Haynes de dos, unido a un tapón de libro de Spissu, impulsado por el Príncipe Felipe, permitía a los rojillos recuperar la posesión para un Sulejmanovic, que confiaba, y de qué forma, en su muñeca y mandaba el encuentro a la prórroga desde el triple. En el añadido aparecía de nuevo Bell-Haynes para sellar otro triunfo por la mínima (96-95). Victoria en la que, una vez más, tenía “parte de culpa” el Príncipe Felipe, que no dejó de rugir en ningún momento con el objetivo de sobrecoger a los rivales.
El día de Breogán fue la confirmación de que jugar en casa te da alas. Los de Fisac aterrizaban en su choque ante Breogán tras caer ante el recién descendido Leyma Coruña por un alarmante 110-86, pero, como si fuera sencillo, los rojillos le endosaron un contundente 111-53 al Río Breogán. Pasaron de recibir más de 100 puntos en contra una semana antes por parte de un club gallego, a ser ellos los que infligían el castigo a otro conjunto de la misma región. Ver para creer. El baloncesto es un estado de ánimo y el Príncipe Felipe otorga felicidad.
Finalmente, el último precedente que dejan los pupilos de Fisac en ACB fue su cuarto encuentro disputado en el templo zaragozano, este mismo domingo ante Baskonia. Poco se puede decir de un choque en el que te marchas al último cuarto 11 abajo (55-66) y remontas 86-85 en un final de infarto con un parcial de 31-19 y después de haber ido a remolque todo el encuentro. Posiblemente esto fuera de casa se antojaría prácticamente imposible, por no decir idílico. Una vez más, los casi 8.000 espectadores que se reunieron en el Príncipe Felipe fueron determinantes.
En la FIBA Europe Cup, tampoco ha conseguido nadie asaltar la pista zaragozana. Bursaspor se fue con el rabo entre las piernas con un contundente 106-84, mientras que Anorthosis compitió hasta el final, pero no pudo (92-77). Asimismo, Levice fue una copia de este último choque, en el que los de Fisac no pasaron apuros reales tras el descanso (92-71).
La explicación de Fisac
Este impresionante dato de “todo en casa y nada fuera” no ha pasado desapercibido ni entre el público, ni entre los medios que, de hecho, le preguntaban al propio Fisac, en la previa ante Baskonia, por qué ocurre esto. “Creo que hay un punto mental, cuando te ganan de 10 te están haciendo daño y el equipo a veces baja un poco la situación anímica, física y mental, y ahí te hacen más daño todavía. En casa el público es capaz de distraerte de esa falta de rigor que tienes que tener mentalmente”, explicó un Fisac que busca la explicación en la mente del jugador y en que, a fin de cuentas, “jugar en casa es aliento en los momentos malos. Cuando por ejemplo el rival te anota fácil, porque ya se está viendo que hay muchas rachas. De repente te meten 10-0, luego tú un 0-9. El problema es cuando tienes varias de estas negativas en cintra, pero en casa el publico te da ese aliento. Para mí es un problema mental más que un problema a nivel técnico o a nivel de jugar diferente fuera que en casa”.
Con todo ello, y según bien informaba vía X “@NumerosdeDavid”, esta es la segunda vez en la historia del Casademont que en sus primeros siete encuentros en el Príncipe Felipe lograba siete victorias. La primera vez ocurrió en el curso 2009/10, con otros tantos encuentros ganados.
Así, el Casademont querrá seguir haciendo del Príncipe Felipe su bastión, su casa, su fortín, ante el Bilbao Basket, el sábado 30 a las 20.45 horas. En Europa su oportunidad llegará algo más tarde, el martes 3 de diciembre, ante el Porto, a partir de las 20.00 horas. Dos retos para los que queda tiempo que deberá ser aprovechado con trabajo.