ZARAGOZA | Difícil superar un estreno en el que sumas 22 puntos, 6 rebotes y un 26 de valoración tras aupar a tu equipo hasta la victoria. Bojan Dubljevic firmó un auténtico partidazo ante el Hiopos Lleida en el debut liguero del Casademont, ganándose el favor de la Marea Roja, tras demostrar carácter, profesionalidad y ser un jugador realmente completo tanto en la zona interior como con su buena muñeca exterior.
Pocos días antes del encuentro, en su presentación oficial, el montenegrino llegaba como duda para este primer choque en la ACB, arrastrando una lesión en su talón de Áquiles que ponía en guardia al cuerpo técnico y a la hinchada zaragozana. “Estoy preparado para el primer partido, físicamente creo que estoy bien. Estoy para jugar el domingo“, decía seguro de sí mismo el jugador, que permitía respirar con alivio a la afición rojilla.
Y vaya que sí jugó, porque el pívot fue un auténtico torbellino en su primera aparición oficial con el Casademont. Dubljevic jugó 26 minutos, logrando 22 puntos, entre los que destacó su precisión quirúrgica tanto desde la zona interior sumando un 85,7 % (6/7), como desde el triple, siendo infalible con un 100% en los dos que metió. Asimismo, desde los tiros libres, aspecto fundamental para sumar poco a poco en el baloncesto, también consiguió anotar todo lo que tiró (4 de 4), demostrando ser un jugador realmente versátil en cualquier parcela de la pista. Todo ello, sumado a seis rebotes y una asistencia dotaron al jugador de 26 créditos de valoración, uno por minuto, haciendo un debut sin precedentes para enmarcar.
Ya no son los números que hizo, sino cuándo los hizo. Y es que el pívot montenegrino empezó anotando 4 puntos en el primer cuarto, haciendo dos canastas impolutas, una de ellas la primera del partido, comenzando a engrasar una maquinaria que a la postre sería imparable. En el segundo parcial, Dubi no pudo tocar ningún balón en los cinco minutos que estuvo sobre la pista, siendo un reflejo de lo que era el equipo rojillo en sí, que se marchó por debajo en el marcador (38-39) tras un gris parcial de 17-20.
Tras el descanso, el montenegrino salió muy enchufado, anotando hasta once puntos en menos de cuatro minutos, tras tres lanzamientos de dos, un triple y dos tiros libres convertidos que le permitieron al Casademont no despegarse de la lucha por el partido (65-69). En el cuarto parcial, el pívot volvió a emerger en los cinco minutos que estuvo en pista logrando una canasta, que fue suficiente para enviar el partido a la prórroga (87-87). Ahí fue dónde se puso la capa de héroe, sacó su experiencia a la luz y catapultó a los de Fisac, que para el momento ya estaba expulsado, a la victoria. El montenegrino anotó un triple colosal y dos tiros libres importantísimos en unos cinco minutos de prórroga en los que cada acción, cada punto y cada rebote valían oro. El partido, en el que mucho tuvo que ver el pívot, cayó del lado local, venciendo por 101-91, tras sumar más de un tercio (5) de los puntos cosechados por el equipo en el parcial extra (14-4).
Su papel, indiscutiblemente, tuvo mucho que ver a la hora de conseguir este primer triunfo del curso. El choque desde el principio estuvo igualado y los pupilos de Fisac no consiguieron, más que en el primer parcial y al final de la prórroga, ponerse por delante, dejando patente que el Lleida, pese a ser un recién ascendido a la ACB, es un conjunto de armas tomar. Tras esta actuación, el montenegrino ha cumplido con lo que prometía y ya es el héroe local zaragozano. Durante el tiempo extra, la Marea Roja no dejaba de cantar “¡Dubi, Dubi!”, a un jugador que ha caído de pie en el Príncipe Felipe y que a base de calidad, pero sobre todo compromiso y saber estar, ha logrado ser el favorito y el emblema del conjunto rojillo.