Álex Remiro es, con 8 tantos encajados, el portero menos goleado de LaLiga 1|2|3 empatado curiosamente con el exazulgrana Sergio Herrera, este curso en las filas de Osasuna.
Que la SD Huesca es un buen trampolín donde poder explotar es un hecho. En el caso de los porteros, está empezando a ser tónica general que, por tierras oscenses, se empiece a disfrutar de guardametas jóvenes, con mucha proyección y que utilizan su estancia en el club azulgrana para dar un salto de calidad y de categoría. A la memoria nos vienen los nombres de Andrés Fernandez -ahora en las filas del Villarreal- o el propio Sergio Herrera la pasada temporada, que pese a no haber dado un salto de categoría, está jugando en uno de los principales favoritos para el ascenso a LaLiga Santander y actual líder de LaLiga 1|2|3: el CA Osasuna.
Con estos precedentes, la llegada de Álex Remiro este pasado verano en calidad de cedido por una temporada por el Athletic Club, tenía como objetivo el crecimiento de un jugador con un potencial todavía por explotar. Este inicio de Liga tan espectacular del conjunto oscense le ha permitido, con 11 jornadas disputadas y siendo el único jugador de la plantilla -junto a Akapo- en disputar todos los minutos ligueros hasta la fecha, codearse con los mejores guardametas de la categoría. Buena muestra de ello son sus 8 goles encajados, un promedio de 0,73 goles por partido, y comparte el honor con Sergio Herrera de ser el portero menos goleado de toda la categoría. Cabe recordar que para optar al trofeo Zamora los metas deben jugar al menos 60 minutos en 28 partidos ligueros.
Sin duda, su enorme rendimiento es una de las causas de lo bien carburado que anda el equipo de Rubi, que no sólo se está caracterizando por encajar pocos goles sino que además concede muy pocas ocasiones. Fiel reflejo de ello son los escasos 2 goles recibidos en jugada, siendo los 6 restantes fruto de acciones a balón parado, lanzamientos desde los 11 metros incluidos. Otro dato que habla a las claras del buen nivel defensivo del equipo son las 25 intervenciones que ha tenido que realizar el portero azulgrana en estos 11 encuentros, situándose lejos de las 38 paradas de René (Almería) o las 33 de Juan Carlos (Lugo, colíder). Eso sí, es de justicia reconocer que algunas de estas intervenciones han sido decisivas.
La expresión “hay portero” ya se escucha por Camino Cocorón
Si bien es cierto en algunos partidos ha sido providencial con sus paradas y sus intervenciones -véase las victorias ante Valladolid o Rayo-, la falta de experiencia unida a la falta de ritmo de competición le han jugado alguna mala pasada, sobre todo en balones por alto, donde errores en la medición han supuesto algún susto que, sin duda, la maduración y el paso de los partidos le ayudarán a evitarlos. Errores mínimos que están dentro de lo esperado en un portero que, a sus 22 años, es uno de los más jóvenes de la categoría. Soriano (Sevilla Atlético), con 20 años, y Exkieta (Barça ‘B’), con 21, son de los pocos que le superan en precocidad, y ninguno de ambos son titulares indiscutibles aun perteneciendo a equipos filiales.
Una de las facetas en la cual destaca el joven guardameta navarro es en su exquisito manejo del balón con los pies. Ya sea con la izquierda o bien con su pierna derecha, es un verdadero lujo su inicio de jugada, ofreciendo en muchos momentos una buena solución a la presión rival, siendo un seguro para sus compañeros y un alivio para el equipo. Sus 317 pases le sitúan en el Top-3 de porteros en Segunda que más pases completan, solo superado por Masip (Valladolid), con 328, y Caro (Sevilla Atlético), con 345.
El hecho de tener que ocupar la plaza de un cancerbero como Herrera, que tan buen sabor de boca dejó la temporada pasada, también ha sido una prueba de adaptación tanto para él como para la parroquia oscense, que ha mirado con lupa todas sus actuaciones, que han dejado hasta la fecha una magnífica impresión. La expresión “hay portero” ya se escucha por Camino Cocorón y quien conoce bien estos lares sabe de lo exigente que se acostumbra a ser con los guardametas. Buena culpa del buen momento que vive la portería azulgrana en las últimas campañas es de un joven oscense llamado Adrián Mallén, el actual preparador de porteros del Huesca, cuya función está resultando excelente en los últimos años.
Ahora falta por ver cómo Remiro se adapta a su nuevo e inédito papel, ya que la lesión de Ander Bardají le ha dejado un tanto huérfano de competencia a la espera que en los próximos días el conjunto azulgrana pueda incorporar a un portero que sustituya con garantías la baja del guipuzcoano. Hasta el momento está siendo Antonio Valera, el tercer guardameta del equipo y que juega con el filial azulgrana, la AD Almudévar, el que está ocupando su hueco.