Veinticinco goles, seis asistencias y la sensación de que la Tercera RFEF se le quedaba excesivamente pequeña. El aterrizaje de Giuliano Simeone en Zaragoza se extendió medio año después de que no fructificara la operación en el pasado mercado invernal, algo que sí ocurrió en el mes de julio. Sin embargo, la carta de presentación del argentino ya ha llegado con los primeros partidos de pretemporada.
En medio de las famosas sinergias apreció su figura, como también de manera posterior lo hicieron la de Mollejo, Riquelme o Camello. Todos ellos ilustran la influencia capital del Atlético de Madrid en el nuevo proyecto zaragocista. Resulta demasiado valiente pensar que un salto de tres categorías puede pasar inadvertido y tras lo visto, es evidente que Simeone va a necesitar un periodo de adaptación al club y a la categoría.
En su primera experiencia como primer entrenador en el fútbol profesional, Juan Carlos Carcedo hizo que gran parte del argumento ofensivo del Ibiza recayera en los extremos. Ahí es donde emerge el papel de un Mateusz Bogusz que se convirtió en la referencia atacante de los isleños. El perfil versátil de Simeone puede ser una ventaja para el nuevo entrenador blanquillo. Va a tener a su disposición a un futbolista flexible y adaptable a diferentes roles, algo que ha comprobado en los encuentros disputados.
Ubicado mayormente en la banda, ha contado con puntuales oportunidades como ‘9’. Sin embargo, la pretemporada de Iván Azón invita a pensar que será él quien ocupe dicho puesto. Con más corazón y predisposición que acierto, la pretemporada de Simeone empieza a dejar dudas. No ha anotado ni asistido y es pronto para realizar una primera valoración sin haber debutado en liga, pero la explosión del argentino no puede hacerse esperar.
Giuliano Simeone, los obstáculos permanecen
El límite salarial sigue lastrando la actualidad en el mercado de un Real Zaragoza que debe acometer salidas antes de completar su plantilla. Es una situación que deja, al menos para las primeras jornadas, a Simeone sosteniendo una parte del joven ataque blanquillo. Lo cierto es que a expensas de esos nuevos fichajes, la competencia ya existe en plantilla: Mollejo, Larrazabal, Miguel Puche o Valentín Vada pujan por partir de inicio en Las Palmas. Tanto el canterano como el ex del Almería están siendo las sensaciones de una pretemporada que vivirá mañana su prueba más exigente ante el Real Betis.
Nadie duda de sus condiciones y olfato goleador después de las cifras logradas con el filial colchonero, pero trasladar ese rendimiento de inmediato a Segunda División es un examen difícil de superar.