Gaizka Campos no jugará en el Real Zaragoza. El club deshizo su fichaje después de que un tweet antiguo recorriese las redes sociales. Presentado a la hora de la siesta, una publicación cuando tenía 16 años alimentó todas las polémicas. Campos expresó en 2013, tras un partido entre Athletic de Bilbao y Real Zaragoza, el “asco que le tenía” al equipo aragonés. En algunos de sus otros mensajes, parecía más próximo a Osasuna, que mantiene con el Zaragoza una rivalidad conocida.
Nueve años después de su tweet, Campos había encontrado en La Romareda una bonita oportunidad. Pelearía con Álvaro Ratón por el puesto de relevo de Cristian Álvarez. Pero todo lo que se escribe en las redes sociales queda para siempre y los aficionados no tardaron en capturar sus citas. Cuando Campos borró el mensaje era demasiado tarde: su recorrido era ya imparable. El Zaragoza meditó a través de un comunicado la posibilidad de deshacer su fichaje. Al final de la jornada, tomó la decisión definitiva: Gaizka Campos no guardará la portería del Real Zaragoza.
El escrito en la web razonaba que “uno de los pilares fundamentales es el respeto a nuestra historia y nuestra afición”. Según el Zaragoza, la publicación del Campos adolescente “dificultaría mucho su desarrollo como futbolista dentro del club”. El equipo decidió por el portero, cuando probablemente una disculpa o una declaración del protagonista hubiese bastado.
Gaizka Campos, un fichaje controvertido
La contratación de Campos nunca fue del todo limpia. Un sector de la afición consideraba innecesaria la figura de un tercer portero. El otro pensaba que ese lugar en la plantilla lo merece desde hace tiempo Carlos Azón, un portero con aura. Y un chico de la casa al que el club ha negado siempre su oportunidad. Gaizka Campos, por su parte, llegó tras rescindir su contrato con el filial del Celta. Con él se buscaba a un portero largo, capaz de abarcar mucha portería y con reflejos en los momentos de la verdad.
Discutido en el plano deportivo, la presión de las redes sociales pudo también con el Real Zaragoza unas horas más tarde. No es un caso excepcional en el fútbol moderno, donde las ocurrencias de los jugadores se miran con lupa y con un carácter retroactivo. Ese examen permanente tiene un punto extremadamente cruel. No parece justo cambiar el futuro de un portero de 25 años por los comentarios que hizo con 16.
Dani Ceballos, Cazorla Reina o Sergi Guardiola vivieron episodios similares al de Gaizka Campos. El interés del Barcelona en Ceballos remitió al encontrar un tweet en el que pedía “una bomba” para los que pitaban al himno español. El Atlético de Madrid paralizó el fichaje de Cazorla Reina tras ver que era un madridista confeso y el Barcelona hizo lo mismo al descubrir que Guardiola había publicado en redes su afición por el Madrid y su desprecio al club catalán.
Gaizka Campos ha sido víctima y villano. Sometido al juicio público, la revisión de un comentario del pasado ha paralizado su incorporación. El Zaragoza deshizo su fichaje con la misma facilidad que un tweet puede borrarse.