El Real Zaragoza sigue con los mismo problemas de siempre. El equipo maño empató a cero contra el Mirandés en la vuelta a los terrenos de juego en 2023. A pesar de su superioridad en la segunda mitad, los blanquillos no dieron con la tecla para superar a los burgaleses. El Zaragoza se queda a cinco del descenso a falta del partido del Racing, en 18ª posición.
Una tarde fría y lluviosa en Zaragoza dio la bienvenida al nuevo año futbolístico y a una segunda vuelta en la que los maños tienen su confianza depositada para empezar a ver la luz en liga. Enfrente, el Mirandés. Un equipo construido a fuego lento al que le costó despegar más de la cuenta, pero que ha conseguido dar con la tecla del buen juego bajo la batuta de su técnico Joseba Etxebarría.
Los de Escribá volvían a pisar La Romareda en una posición inquietante, en decimoséptima posición con 25 puntos, a tan solo cuatro del descenso tras perder en Leganés en la última jornada. Por su parte, los burgaleses llegaron a Zaragoza con un punto más que los locales. Un duelo al borde del peligro entre dos equipos con mayores aspiraciones que lo visto hasta ahora.
Tanteo inicial
El Real Zaragoza inició el partido frío y sin presencia, como contagiados por la húmeda y fría climatología de la tarde. El Mirandés saltó al verde más mentalizado del partido que se les esperaba, con un punto más de intensidad y clarividencia. De esta forma, los de Etxebarría no escatimaron en la presión inicial, que les brindó las dos primeras oportunidades. En la primera, el debutante Alarcón anduvo lento de movimientos en la medular y le acabaron comiendo la tostada, pero Raul García de Haro, quien recogió el esférico de cara, finalizó con un disparo ajustado desde la frontal que desvió Cristian Álavarez a córner. El segundo aviso, dos minutos después, fue Pinchi quien a punto estuvo de atravesar la portería zaragocista con un trallazo desde dentro del área. Cinco minutos de insomnio zaragocista y de efervescencia mirandesista.
No obstante, el arranque inicial fulgurante con ocasiones y velocidad no fue nada más que un espejismo. El primer tiempo transcurrió en las lindes del miedo y la mediocridad, con posesiones pausadas, inofensivas y predecibles por parte, principalmente del Zaragoza. Tan solo el desacierto de uno u otro equipo podía desequilibrar la balanza. Y Giuliano Simeone, estandarte ofensivo maño esta campaña, fue consciente de ello. Primero, pasada la media hora, interceptando una pelota rebotada en el área y disparando sin pensárselo dos veces, aunque tuviera un defensor delante tapando la portería. Después, pujando por alto con los centrales, generando una pelota muerta en la frontal para que Eugeni Valderrama probase a un Alfonso Herrero muy ágil bajo palos.
El Mirandés respondió al pundonor de Simeone con verticalidad y descaro. El de Juanlu Sánchez para zafarse de Lluís López en la frontal que a punto estuvo de cometer penalti. Una falta peligrosísima materializada de nuevo por Pinchi García y atajada por – quién si no– Cristian Álvarez. Con este tiro libre y con otra cabalgada del enérgico Pinchi que no consiguió finalizar, llegó el partido al descanso.
Una segunda mitad con más color
El Zaragoza despertó con la vuelta al ruedo en la segunda mitad. Mejor posicionado y con más intensidad que el Mirandés, más recatado en su propuesta ofensiva.
Entre Gámez y Nieto construyeron el primer acercamiento de los blanquillos, con un centro tocado del primero y un intento de remate del segundo, que no consiguió meter la cabeza con contundencia. Las bandas comenzaban a activarse, una herramienta que durante la primera parte brilló por su ausencia.
Si la primera ocasión la tejieron los laterales, la segunda fue cosa de los centrales con protagonismo de Eugeni a balón parado. El tarraconense puso un balón medido desde el centro del campó que Jair recogió con la testa en la línea de fondo asistiendo a un Lluís López que sacó los pasos prohibidos en el área pequeña para driblar a los defensas jabatos. El problema llegó en la tarea final, en la definición.
En 20 minutos de la segunda parte el Zaragoza pisó más veces el área burgalesa que en toda la primera mitad. Al Mirandés se le nublaron las ideas mientras que el Zaragoza comenzaba a ver espacios y oportunidades cada vez que cruzaba la línea divisoria. Simeone, después de Nieto y Lluíz López, fue el tercero en probar de descorchar la botella del gol. El hijo del Cholo probó sorteando rivales y disparando desde la frontal pero, de nuevo, la dirección no fue el fondo de las mallas.
La segunda parte tenía otro color. La lluvia amainó y volvieron las ganas de ganar el partido. La mejor señal es que volvió Iván Azón después de varios meses alejado de los terrenos de juego. El equipo de Escribá fue in crescendo conforme transcurrían los minutos, pero el Mirandés no se amilanó y se mantuvo atento para asustar a unos locales volcados. Un mano a mano de Pinchi y el veterano Manu García volvieron a poner a prueba a Cristian. El argentino superó con solvencia los envites jabatos sosteniendo una vez más a su equipo. Cómo se le ha echado de menos.
La más clara del Real Zaragoza llegó en el descuento en las botas de Iván Azón. Simeone se llevó un balón imposible en línea de fondo y consiguió asistir al delantero canterano cuyo remate al primer toque fue directo al muñeco. Ya nada se movería tras esta ocasión.
Al Mirandés le fue pareciendo mejor el empate conforme el paso del tiempo y el Zaragoza se ahogó en sus intentos estériles de marcar. Las balas del Real Zaragoza, como es habitual, acabaron siendo de fogeo, y ni Azón ni Simeone ni Puche ni nadie supo marcar. Año nuevo, pero misma vida.
Ficha técnica:
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Jair Amador, Lluís López, Carlos Nieto; Tomás Alarcón (Manu Molina, 85′), Francho Serrano, Eugeni Valderrama (Jaume Grau, 71′), Gaizka Larrazábal (Iván Azón, 71′); Víctor Mollejo (Miguel Puche, 85′), Giuliano Simeone.
CD Mirandés: Alfonso Herrero; Juanlu Sánchez, Álex Martín, Raúl Navas, Alejandro Barbu, José Salinas; Beñat Prados (Manu García, 71), Oriol Rey, Roberto López (Jofre Carreras, 71); Pinchi García, Raúl García de Haro.
Árbitro: Aitor Gorostegui Fernández.