Finalmente, tras 10 semanas consecutivas puntuando, el Real Zaragoza rompió su racha el domingo pasado frente al Oviedo. Un gol en el último suspiro del partido condenaba al equipo cuando ya parecían firmar las tablas. No se mereció la derrota, pero tampoco se demostró ser el Zaragoza de las últimas semanas. En ocasiones el equipo fue superior, como justo antes del tanto que definió el encuentro, pero esa dinámica no se vislumbraba como cuando juegan en casa.
Y es que el equipo es más valiente aquí. En La Romareda esta temporada se han visto las mejores actuaciones del Real Zaragoza, las mayores goleadas de la temporada y grandes remontadas en el descuento. Escribá sabe la importancia de tener hacer de La Romareda un fortín y que los aficionados llenen el estadio cada 2 semanas. En una temporada llena de desasosiegos y con un equipo en tierra de nadie, La Romareda se sitúa como el tercer campo con más afición media según Transfermarkt, con 18.459 espectadores de media. En casa, el equipo juega más suelto. Está arropado por la afición y eso se nota.
Hace meses, la sensación en el Municipal no era así. De hecho, hay ocasiones que sigue ocurriendo. Al principio de la temporada, cuando las cosas no iban bien con Carcedo, había un run run constante en La Romareda que se exponía en la grada con el cántico “Carcedo vete ya”. El anterior míster no ha sido el único en recibir advertencias por parte de la afición.
La grada alenta y anima, pero también advierte a quien no lo está haciendo bien. Lógicamente el jugador más salpicado ha sido Pape Gueye, el cual está muy lejos de lo que vendió Torrecilla con su fichaje. Cuando sale al campo, falla o toca el balón, La Romareda se siente distinta, con expectación de cuál será su siguiente movimiento. Con el paso del tiempo se ha enfriado esa tensa reacción a cuando salía Gueye, pero ya hubo advertencias de Escribá a la afición por su trato al delantero. Otro de los jugadores más criticados ha sido Larrazabal, el cual no está cuajando una buena temporada como lateral y que recibe silbidos cada vez que sale o entra del campo.
Una derrota en 2023
Los datos avalan muestran lo importante que es La Romareda. El mal trago frente al Alavés ha sido la única derrota del Real Zaragoza en el 2023 y solo la tercera de la temporada. Jugar en casa es sinónimo de no perder, pero eso no significa ganar. La baja eficacia de cara a puerta de los delanteros del Real Zaragoza, así como las pocas veces que Escribá ha podido reunir a su tridente ha hecho que la mayoría de encuentros que se disputen en el campo acaban en empate (9 de 19).
Aunque el panorama ha cambiado en los últimos meses. Antes, la predicción más fácil de un partido del Real Zaragoza fuera el empate a cero. Ahora se ofrece un mayor espectáculo y los aficionados ya celebran goles en La Romareda. Las únicas victorias del Real Zaragoza durante los 10 partidos invictos han llegado en casa. No es algo preocupante porque el equipo demuestra que sabe competir lejos de casa. Pero lleva sin sumar 3 puntos como visitante desde el 5 de febrero en la victoria in extremis frente al Andorra.
Ya se pueden renovar los abonos para la temporada que viene y llenar La Romareda será un factor clave para quedar lo mejor posible. El Real Zaragoza tiene el lujo de tener una afición que está con ellos en todo momento. Puede ser perjudicial en ciertos momentos, pero contar cada dos semanas con el jugador número 12 nunca puede ser visto como algo negativo.