ZARAGOZA | La vuelta a los entrenamientos del Real Zaragoza vino principalmente con dos sorpresas: el plan especial de trabajo de Santiago Mouriño y la vuelta sobre el césped de la Ciudad Deportiva de Iván Azón junto al resto de sus compañeros. En relación al primero, los preparadores del club aragonés han considerado acertado seguir un plan especial de trabajo atendiendo a varios condicionantes y no a ninguna molestia o lesión.
La sorpresa del ‘9’ supone cambios en las líneas que Cordero dibujó para este mercado invernal. Su lesión y la de Sinan Bakis sumadas al inesperado rendimiento de Sergi Enrich suponía alinear una delantera de circustancias en cada partido. Mollejo y Maikel Mesa, los máximos goleadores, han sido los encargados de cubrir (con bastante acierto) las posiciones de ataque, pero está claro que, en principio, esas no son sus posiciones. Dicho esto, sí que pueden ser alternativas ya contrastadas en caso de urgencia o necesidad.
La vuelta del canterano del Real Zaragoza resta apremio y fijación en el objetivo del director deportivo de fichar un delantero centro sí o sí este mercado. El deseo del cartagenero -así como también lo es para la mayoría de la parroquia- en esta ventana de fichajes es Bebé. Un jugador que consiguió enamorar a La Romareda en apenas unos pocos meses e ilusionó a sus aficionados con jugadas y goles que dieron un lavado de cara a su equipo. Un perfil de jugador de banda con descaro, desborde, verticalidad y llegada capaz de marcar las diferencias. Lo mejor, que su regreso a la capital aragonesa está bien encaminado.
La recuperación de Iván Azón supone un cambio en la actualidad zaragocista que cuenta con más alterantivas y un condicionante para la planificación de lo que queda de temporada. Sea como fuere, el regreso de Iván es una buena noticia para los intereses del Real Zaragoza.