ZARAGOZA | El Real Zaragoza diseñó un plan para su portería en el que Edgar Badía parecía una elección fundamental. Definitivo en el curso pasado, la permanencia del Real Zaragoza no se entendió sin su aparición en el mercado de invierno. Salvador en triunfos claves ante Andorra, Tenerife o Racing, Badía cubrió el hueco que dejaron las lesiones de Cristian Álvarez. Con la sospecha de que Cristian no iniciaría la pretemporada, la dirección deportiva del Real Zaragoza agilizó las conversaciones por el catalán. Los resultados hasta la fecha no pueden ser más adversos.
Cordero sabía que se enfrentaba a uno de los negociadores más complejos del fútbol español: Christian Bragarnik. El enigmático presidente parte del mundo de la representación y aplica en cada negociación sus años como intermediario. Con él, Cordero ha logrado algunas victorias estratégicas en el pasado, pero cada nueva operación parece un pulso interminable. El Real Zaragoza ha dado por perdidos dos intentos que parten desde Elche. Salvo una sorpresa que no se contempla, Raúl Guti se recuperará y jugará esta temporada en el Martínez Valero. También Carlos Clerc estuvo en el radar del Real Zaragoza y acabó renovando por el conjunto ilicitano.
Cordero y Bragarnik, un pulso por Badía
Cordero siempre se fio de las relaciones personales y el tiempo compartido. Agradeció el lugar que tuvo Badía en la salvación y pensó que podía ser una pieza esencial del Zaragoza que viene. Precavido, eligió a Joan Femenías, con la intención de que pudiera ser un recurso para su plantilla, también con la sospecha de que la negociación por Badía podía complicarse.
Las fuentes consultadas por este medio confirman esa noción. Badía ha regresado a la dinámica del Elche, en el inicio de sus entrenamientos. Implicado y felino, responde ante los primeros estímulos de la competición. Su voluntad es un secreto a voces, pero parece insuficiente a estas alturas. Badía está dispuesto a vivir una segunda temporada en La Romareda, pero entra en los planes del Elche de Bragarnik y Sarabia, por mucho que parta con cierta desventaja respecto a Matías Dituro. El presidente jugará en todo caso con el interés del Real Zaragoza en el portero, para satisfacer un deseo de su nuevo técnico: un reencuentro con Marc Aguado. El Zaragoza ha descartado esa posibilidad y, en ese horizonte, el regreso se atasca sin remedio.
Desde Elche se atreven a dar un porcentaje de posibilidades para que Badía vuelva a guardar la portería del Real Zaragoza. “Ahora mismo, las opciones no superan el 30%”, estiman fuentes del club ilicitano. Y ante la habilidad negociadora de Bragarnik uno nunca sabe si cada movimiento es un farol o una verdad completa. Juan Carlos Cordero está en el otro lado de la mesa y, de momento, ha elegido esperar, convencido de que la voluntad de Badía puede marcar la diferencia. Con la intención también de que el tiempo y el mercado cambien las probabilidades de ahora.