ZARAGOZA | El Real Zaragoza consiguió ante el Racing de Santander la salvación y entre las sombras se empieza a tejer el equipo que viene, con Víctor Fernández como pieza estratégica. La decisión del técnico parece esencial y se contemplan diferentes escenarios. El más razonable en este punto de la historia es que Víctor Fernández proyecte desde el banquillo un Zaragoza ganador.
“Tengo contrato, eso es evidente”, dijo al terminar el partido más importante del año, al cerrar con un suspiro un duelo en el alambre. El acuerdo que firmó Víctor en su regreso contempla varias posibilidades, tal y como ha anunciado Aragon TV y El Periódico de Aragón en las últimas horas, y en una línea que ha sostenido también Palmadas al Viento en sus emisiones. En el primero de los supuestos, el más factible de todos ellos, Víctor Fernández se mantendría en el banquillo, con el objetivo de cerrar la obra que dejó inacabada.
Un proyecto ganador con Víctor Fernández
Víctor Fernández solicita algunas garantías razonables. Su figura alcanzaría mucho más poder del que tiene un simple entrenador, con el objetivo de construir un proyecto de ascenso. El técnico demandará a la propiedad recursos para ser un equipo ganador, se involucrará en materia de fichajes y será una parte esencial en la elaboración de una plantilla prometedora. El técnico regresó para salvar al equipo, pero solo contempla continuar para devolver al equipo a la máxima categoría.
Con Víctor Fernández el ascenso nunca será un tema tabú. Y además de ser una meta verbal, el técnico también pretende que sea un objetivo real, un propósito al alcance de la mano. Independientemente del lugar en el que decida continuar, esa parece la condición fundamental que pide para mantenerse.
El otro escenario que contempla su contrato parece más lejano. Víctor Fernández también baraja la posibilidad de alejarse del césped y situarse próximo a Raúl Sanllehí. En ese contexto sería un asesor institucional del director general y su cargo abarcaría también el lugar de embajador del Real Zaragoza. Su figura pasaría a tener un matiz más representativo, ubicado en el palco del Real Zaragoza y serviría para cubrir algunas de las funciones que Sanllehí ha dejado huérfanas.
En ese lugar, tendría poder de decisión y se mantendría como el portavoz más válido del club. Pero quizá quedaría desenfocada la cualidad que mejor ha definido a Víctor en La Romareda: su olfato para las decisiones deportivas, su intuición para detectar el talento y darle un lugar sobre el césped. A estas horas, mientras el club espera una respuesta definitiva de Víctor Fernández, la posibilidad más cercana es que el técnico se mantenga un curso más en el banquillo, con el verano de 2019 como ejemplo.
Decisiones claves y dolorosas
Víctor Fernández anunció en la rueda de prensa que el club deberá tomar “decisiones dolorosas”. Entre ellas está la de emprender una nueva “renovación masiva” de la plantilla. El Zaragoza tendrá que maniobrar sin demasiado margen, pues los contratos del grueso de la plantilla siguen vigentes el curso que viene. Víctor considera que la continuidad de Alejandro Francés, por mucho que pueda parecer compleja, es la jugada maestra, la prueba de que la propiedad se mueve con verdadera ambición. Y el caso arroja una conclusión muy concreta: si alguien puede convencer a Alejandro Francés, ese es Víctor Fernández.
Se avecina un verano frenético, lleno de noticias y de rumores en todas las materias. Si el poder de Víctor Fernández aumenta, el de Juan Carlos Cordero se reduce de un modo inevitable. Da la impresión de que sus ideas de juego no son especialmente complementarias y el escenario más probable, a la espera de la decisión definitiva del técnico, es el cese del director deportivo y la rescisión de su contrato.
Víctor Fernández proyecta además el verano de los regresos, con los Herrera entre las cábalas y el interés en jugadores aragoneses como Soro o Roberto López. De momento, son opciones todavía remotas, pero piezas especialmente cotizadas para un promotor del fútbol aragonés como el técnico del Barrio Oliver.
La conclusión de Víctor Fernández al acabar el partido remite a la mitología griega. El técnico parece dispuesto a recoger las cenizas del club y evitar un nuevo infierno. Entre las brasas y las sombras, proyecta el renacer del Zaragoza.