“Aquí los jugadores están elegidos para jugar de una manera concreta”. Estas fueron las primeras declaraciones de Lucas Alcaraz acerca del modelo de juego que iba a tener el Real Zaragoza. Refiriéndose de manera indirecta a ese rombo que muchos se preguntan si viene impuesto desde arriba debido al buen resultado que dio en la temporada pasada. Un esquema atípico en el fútbol español y que tiene una figura por encima del resto en cuanto a importancia: el mediocentro.
El rombo necesita el mejor nivel de Eguaras
Iñigo Eguaras es la pieza que dota de sentido a todo el sistema, y sin él a su mejor nivel el resto no fluye. Se está hablando mucho de que este equipo está diseñado para jugar en un rombo. Es algo que Lalo o Alcaraz han defendido en las últimas ruedas de prensa. Quizá tengan razón, existen hasta 4 mediapuntas en el equipo: Papu, Buff, Soro y Pep Biel, y varios interiores preparados para afrontar el recorrido que exige esa posición, como James, Ros o Guti. Sin embargo, ningún jugador parece encajar mejor que Eguaras en esa posición de mediocentro. Un rol que le otorga de total libertad para ser el arquitecto de los primeros pases de cada jugada. Todos tienen que saber donde está para darle el balón y todos tienen que estar atentos al mediocentro vasco cuando la tenga, porque es capaz de conectar con cualquiera. Podríamos decir que más que la plantilla, el que está diseñado para jugar en este rombo es Iñigo Eguaras.
Pero más allá de que estéticamente el número 16 sea un virtuoso del pase, sin balón también tuvo un rol esencial la pasada campaña. Fue uno de los máximos recuperadores de la Liga123, y no por condiciones físicas precisamente. Tiene relación con la protección sin balón que encontraba con el sistema(arropado siempre por los dos interiores y con un buen trabajo del mediapunta y los dos delanteros ensuciando la salida de balón del rival) y la inteligencia e intuición que tenía para leer las segundas jugadas y los pases interiores del rival. En eso también fue clave para los intereses del equipo de Natxo González.
El Zaragoza está pasando problemas y mucho puede tener que ver el pobre rendimiento de Eguaras. El centrocampista, que acabó lesionado la temporada pasada debido a una pubalgia, reapareció en Albacete tras 4 meses de baja. Sin pretemporada entró al equipo falto de ritmo, es la pieza clave por lo que él siempre iba a tener hueco en el once. Pero ha dado la sensación de que físicamente no estaba ni cerca de 100%. De hecho el propio futbolista manifestó cuando volvió a los terrenos de juego que la lesión le iba a seguir dando guerra. Ha pasado más de un mes y medio y no ha recuperado su verdadero nivel. Ese con el que se ganó el respeto y la admiración de toda la Romareda la temporada pasada. Ese que hizo que todos los rivales se apuntaran su nombre en la pizarra y prepararan en muchos partidos marcajes especiales sobre el pivote zaragocista. Un tema que también puede preocupar.
El objetivo es recuperar su mejor tono físico
Aunque el requisito esencial es recuperar el mejor nivel físico de Iñigo Eguaras, una vez lo consiga (ojalá sea pronto), Lucas Alcaraz también tendrá que tener en cuenta que es uno de los centrocampistas de mayor calidad de la Liga 123, y eso los rivales lo saben. El año pasado el equipo tuvo algún que otro problema en la recta final de la temporada porque los contrincantes realizaban marcas individuales. Aun con las venas inyectadas de confianza por la ilusionante y emocionante trayectoria, el Real Zaragoza encontró dificultades para jugar cuando Iñigo estaba tan tapado, pues es el que conecta todas las piezas y el que dota de sentido al rombo. Y en este inicio de campaña, a pesar de no estar al 100%, algunos equipos también han destinado en muchas ocasiones una atención especial a incomodar al pivote zaragocista.
Más allá de esa puntualización, Alcaraz va a necesitar la vuelta de Iñigo Eguaras para que el equipo comience a fluir. Parece que el rombo no se negocia. Pero si hay rombo, lo que no se puede negociar de ninguna manera es que Eguaras sea el maquinista de este Real Zaragoza desde la posición de mediocentro.