El Sala Zaragoza ha caído por 1-3 ante Marín Futsal. En los primeros minutos el dominio era de las visitantes, que gozaban pronto de las primeras ocasiones, tres casi consecutivas en los pies de Gaby, Ceci y Pau, pero el buen hacer de Ana Etayo y la falta de puntería de las pontevedresas permitía mantener el choque equilibrado.
Con el paso de los minutos, el Sala Zaragoza intentaba hacerse con el dominio del partido pero se estrellaba una y otra vez ante el buen orden defensivo del conjunto gallego, sin inquietar en ningún momento la portería defendida por Silvia.
Error al sacar el balón
En un error en la salida de balón del Sala Zaragoza, Café robaba en tres cuartos y, la jugadora colombiana resolvía con una magnífica vaselina superando a Ana Etayo en el que será, sin duda, uno de los goles de la jornada. Trataban de reaccionar las de Chus Muñoz y, a falta de tres para el descanso, Rapha Martins remataba de cabeza una falta botada por Antía tras un despeje que queda corto de la defensa de Marín poniendo el 1-1 en el marcador.
El empate sería un oasis en el sufrimiento local porque, menos de un minuto más tarde, en un contragolpe, el Marín conseguía de nuevo adelantarse con un gol de Ceci en una gran jugada personal finalizada con un disparo raso que llegaba a tocar Rapha sin conseguir evitar el 1-2. En el último minuto de la primera mitad, Ceci disponía de un doble penalti pero una acertada Etayo conseguía salvar despejando el balón con la pierna derecha.
Segunda parte
La segunda mitad comenzaba con una rápida expulsión por doble amarilla de Antía, circunstancia que iba a provechar Marín al disponer de superioridad numérica anotando el 1-3 nuevamente por mediación de Café que recogía un balón suelto en el área tras un disparo lejano de Ceci. El Sala Zaragoza intentaba reaccionar en el tramo final del partido, pero no conseguía en ningún momento aproximarse con peligro a la portería rival de un Marín que jugaba con calma.
Solamente un postrero cabezazo de Laura Boix a dos minutos del final y que despejaba Silvia a córner se podía contar como ocasión para un inoperante Sala Zaragoza que veía como los puntos volaban del Siglo XXI.