Rubi ha conseguido sacar la mejor versión de Sastre cuando ya casi nadie creía en él. Ante el Cádiz, el jugador balear volvió a ser uno de los destacados además de anotar el gol de la victoria, algo que no hacía con el Huesca desde 2010.
La llegada de Sastre el año pasado a la SD Huesca se produjo tras uno de los culebrones más extensos y complejos que ha vivido el club oscense en los últimos años. Después de todo un verano donde se intentó una y otra vez pero en el que el Leganés solo daba largas, el balear llegaba a Huesca en el mercado invernal con la vitola de ser un futbolista importante. Sin embargo, con el bloque ya formado y definido, Sastre únicamente disputó minutos esporádicos y a un nivel muy justo, completando únicamente 5 titularidades y 421 minutos.
Ahora, las cosas han cambiado y Sastre es una de las victorias que ha obtenido Rubi en lo que va de temporada. El gol al Cádiz el pasado sábado, el primero suyo del curso, sirvió para que el Huesca sumara los tres puntos, alargara la racha de 6 encuentros sin perder y consagrara definitivamente al ex del Leganés en el esquema del técnico. Defiende, distribuye, crea juego, se descuelga, llega y, como el otro día, hasta marca. Junto a Melero y Aguilera forman un trivote equilibrado, compacto y jugón. A partes iguales.
Sastre anotó el primer gol de la temporada en su cuenta particular, el cuarto con la camiseta azulgrana. Antes lo había hecho contra el Castellón (1-2) en la 2009/10 en Segunda División. También anotó con el Huesca en Segunda ‘B’, en la 2007/08 y por partida doble, ante Barakaldo y Osasuna ‘B’.
El centrocampista es el séptimo jugador de la plantilla que más minutos ha disputado (697 con siete ocho titularidades) y, hasta este último encuentro, el quinto que más pases cortos ha dado (262), solo superado por Melero y por tres defensas, Akapo, Jair y Pulido.