ZARAGOZA| El Real Zaragoza continúa su plan hacia la salvación y Gabi Fernández busca seguir recuperando jugadores para la causa. Con la afición como estandarte principal, el madrileño quiere continuar estableciendo certezas sobre el terreno de juego. Tras incluir en el once novedades y apuestas propias como Adu Ares, Ager Aketxe, Enrique Clemente o Francho Serrano como lateral, Gabi explora agentes secundarios que puedan resolver los partidos. Y es justo en este lugar de la escena donde aparecen Dani Tasende y Pau Sans, en los que ha demostrado tener una gran confianza para desatascar encuentros que estaban cuesta arriba.
Pese a estar descubriendo una nueva faceta del lateral que parece estar sentándole bien, la situación para Pau Sans no ha cambiado en demasía respecto a la que vivía con el resto de sus entrenadores. Su papel sigue siendo el de revulsivo, el de agitador. Y aunque parezca que le viene mejor que a nadie por su forma de ser y de jugar, en muchas ocasiones este rol da la sensación de quedarse corto para un futbolista como Pau. La ‘araña’ zaragocista siempre fue, como le acuñaron en Palmadas al Viento, aquel chico de la calle que vive su canción. Un joven dispuesto a cambiar las reglas. Siempre atrevido y feliz, con un toque rebelde, Pau es capaz de cambiarlo todo cuando parece perdido.
Quizás sea su corta memoria o su falta de miedo al error lo que le convierte en diferente y aunque siempre dio la sensación de mantenerse al margen de la triste situación de su equipo y del bloqueo mental que vivieron muchos de sus compañeros, está claro que Pau Sans lo único que desea es salvar al Real Zaragoza y está más comprometido que nunca. Con su picardía y su desparpajo, Pau seguirá -por el momento- esperando desde el banquillo los momentos que le toque defender a los suyos y lo hará, como siempre, con una sonrisa.