ZARAGOZA | Los mejores momentos del Real Zaragoza se concentran en una franja muy concreta de los partidos. A partir de la media hora de encuentro, antes del descanso, el Zaragoza ha sumado 14 de sus 24 tantos. Muchos de sus puntos responden a los goles acumulados en esa zona del encuentro. Salvo en el duelo ante el Eibar, siempre que marcó entonces, consiguió puntuar después. Además, el 75% de sus victorias se explican con goles que llegaron en el cuarto de hora más feliz de todos sus partidos.
En la primera vuelta, Francés marcó ante el Valladolid en el minuto 31 y Azón lo hizo frente al Eldense en el 42. El Zaragoza provocó el tanto en propia puerta de Alcalá en Cartagena en el 39. Víctor Mollejo marcó el gol de la victoria en El Principado en el minuto 36 y Maikel Mesa también lo hizo ante el Leganés al filo del descanso. En la victoria del sábado ante el Andorra, la octava del curso, Francho Serrano marcó el gol que lo cambió todo un minuto antes del intermedio.
Si el balance es extremadamente doloroso en la segunda mitad, con 16 goles encajados en el cuarto de hora final de los encuentros, el Zaragoza es poderoso antes del descanso. Allí, una vez que ha logrado superar el tanteo inicial, entra en un estado de trance, para acercarse más que nunca a los triunfos. Especialmente productiva es también esa franja en La Romareda, donde ha sumado 9 de los 14 goles citados anteriormente.
La estadística del Real Zaragoza admite muchas variables y prueba que estamos ante un equipo irregular hasta la fecha, capaz de lo mejor y de lo peor en un mismo partido. Si los triunfos se entienden mejor a partir del compromiso colectivo, la ilusión se desata en el final de la primera mitad. El Zaragoza sueña en un cuarto de hora.