ZARAGOZA | El Real Zaragoza afronta el momento más delicado del curso en el final de noviembre. La llegada de Julio Velázquez no modificó el guion de un mes plagado de derrotas, sin goles que contar. No es la primera vez que el Zaragoza tiene que reformular su temporada con el curso en marcha. Y probablemente, no será tampoco la última. Una revisión de la historia ofrece, a cambio, una solución feliz. A La Romareda siempre le sentó bien la mirada a La Ciudad Deportiva.
César Láinez incorporó a Pombo y su generación en su paso por el banquillo de La Romareda. La salvación de Víctor Fernández se explicó mejor a través de la zurda de Pep Biel. El triunfo de JIM se basó en el descubrimiento de los three amigos -Francés, Francho y Azón-, que fueron fundamentales en el momento más delicado. Curiosamente, los dos últimos coincidieron además en el marcador ante el Castellón, en el triunfo que selló la permanencia. La siguiente generación se mantiene a la espera, casi como un recurso inevitable.
En la jornada de ayer, nueve futbolistas con ficha del filial formaron parte del entrenamiento. A Borge, ya considerado jugador del primer equipo en la práctica, se le unieron Carlos Calavia, Guillermo Acín, Alejandro Jay, Jaime Vallejo, Juan Sebastián, Alberto Vaquero, Pablo Cortés y Pau Sans. Su incorporación se entiende en un contexto muy concreto: la plaga de lesiones, el buen momento del filial y el pobre rendimiento del primer equipo en los últimos dos meses de competición.
La planificación de la temporada no preveía el protagonismo de muchos jugadores del filial. Pero tampoco dos entrenadores o la suma de 7 de los últimos 36 puntos en juego. En un equipo sin constantes vitales, la irrupción de Borge llegó por la pista que antes habían recorrido Francés, Francho y Azón, compañeros de generación. Ahora, ante una grada decepcionada, la magia de Pablo Cortés o el talento callejero de Pau Sans aparece en el horizonte. Velázquez, recién llegado y al que se le encarga el milagro de que todo parezca distinto, prepara una fórmula conocida: la revisión del talento de cantera.