Raúl Sanllehí, Juan Carlos Cordero y Fran Escribá formarán una nueva sociedad al mando del Real Zaragoza. Con la llegada de Cordero la estructura de poder del Real Zaragoza tendrá tres cabezas, como en una de esas magistraturas romanas que no siempre acababan bien. Con el murciano se cierra una de las aspiraciones más demandadas por el gran público y también a una de las piezas más cotizadas de la categoría. Cordero será el director deportivo y tiene dos objetivos en su agenda: en media temporada, debe reparar los errores de su predecesor en el cargo y, en las que vienen, tiene que proyectar la plantilla del ascenso.
Como director de orquesta permanece Raúl Sanllehí, que guarda en su mano algunas llaves del Real Zaragoza. Sus últimos movimientos han llegado con el consejo de la secretaría técnica, en la que Fran Escribá ha tomado un papel importante y en la que David Generelo tiene el lugar de un escudero. Sanllehí decidió pronto que el banquillo era una cuestión urgente, un bien de primera necesidad. En el relato que ha construido después, encontró a su primera y única opción: “con Fran Escribá se alinearon los astros”.
Fran Escribá, algo más que un entrenador
Fran Escribá pensó en sus primeros días que no quería ser una voz de referencia en materia de fichajes. La experiencia le decía que la cuerda más débil siempre se estiró desde el banquillo. También que su responsabilidad debía medirse en el césped y no en los despachos. Ante los defectos de la plantilla utilizó un discurso corporativo y se ganó la confianza de Sanllehí y Jorge Mas. Al director general lo convenció con su método, al presidente le convencieron los resultados.
Escribá se sintió arropado en la visita de Jorge Mas en el duelo ante el Huesca. Bendecido por el presidente y respaldado por el director general, se involucró en algunos de los movimientos, en los planes que terminará de cerrar Juan Carlos Cordero.
Cordero, el nombre para la dirección deportiva
Sanllehí retrasó a su vez la elección del director deportivo. Deshojó su margarita entre una amplia lista de candidatos, hasta que el abanico solo dejó a Cordero. Príncipes de París publicó que la elección del director deportivo murciano no era la primera opción de Sanllehí. En esa información, se anunciaba que la intervención de Gil Marín había sido decisiva a favor de Juan Carlos Cordero. Es probable que Sanllehí tuviera otras opciones, basadas en los años compartidos con otros, en las urgencias del mercado y en el papel protagonista que Cordero siempre pide en sus proyectos.
En esferas privadas, el director general había definido a Pep Boada como una de sus preferencias. Le consideraba un gran profesional y un buen amigo. Boada conversó con este medio a finales de noviembre y se dejó querer por el Real Zaragoza. Pero cuando muchos daban por hecha su firma, él aseguró que no había habido ningún contacto con el club. El resto de la historia se terminará de escribir en los próximos días. En la resolución final, la predisposición de Cordero, la voz de Mariano Aguilar y Gil Marín y el amplio recorrido del murciano en la categoría han resuelto el enigma. Dos meses después del cese de Miguel Torrecilla, se cerrará una de las vacantes más importantes.
El Zaragoza anunciará en las próximas horas al director deportivo que siempre buscó y al que supo esperar. Sanllehí guardará su mandato bajo llave y Escribá tendrá más voz de la que quiso tener. El Zaragoza inaugura así, con luces y sospechas, su nuevo triunvirato.
A quien hay que creer aquí, por un lado hay periodistas que dicen una cosa y otros lo contrario, lo cierto es que el lunes llega el director deportivo JUAN CARLOS CORDERO, que según algunos periodistas no era el elegido por RAUL, y el que lo ha convencido es GIL MARIN, yo sinceramente creo a ALFONSO HERNANDEZ más que a otros periodistas, lo que hace falta que al cartagenero se le deje trabajar y ya veremos .
Gil Marín no es un buen ejemplo en nada… que se ocupe de la banda atlética y sus turbios negocios…