Como ya ha ocurrido en otras ocasiones esta temporada, Rubi apostó por formar con un trivote en la línea medular. Aguilera, Sastre y Melero, algo más adelantado, fueron los centrocampistas elegidos.
La idea de formar con 3 futbolistas en la linea medular parece está empezando a carburar. Si en León la SD Huesca ya mostró signos de mejoría tanto en la fluidez de la pelota como en la consistencia a la hora de compactar el equipo, el partido ante el Real Valladolid vino a confirmar que no solo los jugadores que lo forman (Aguilera, Sastre y Melero) cada día se encuentran mejor, sino que el equipo parece sentirse cómodo y, lo mejor de todo: el bloque se muestra homogéneo, sin apenas fisuras y dando una sensación de tener el partido bajo control.
La mejoría de ritmo físico de Sastre, unido a la consolidación de Aguilera y el aplomo que cada día ofrece Melero, son signos inequívocos que todos ellos se entienden, se sienten cómodos y merecen tener continuidad. Bien es cierto que el Real Valladolid rehuyó a plantear una batalla de tú a tú al conjunto oscense en la medular y la obsesión de Luis César Sampedro por elaborar desde muy atrás obligaba tanto a Borja como Luismi a meterse entre centrales y recibir a excesivos metros, lo que dejaba siempre a la medular azulgrana en superioridad. Pero, a decir verdad, son ya 2 los encuentros en los que el mediocampo azulgrana parece tener el control del tiempo y del balón, lo que denota que los minutos jugados están sirviendo para empastar a 3 futbolistas de un perfil muy diferenciado.
Aguilera es el ancla, donde pasa gran parte del inicio de juego azulgrana, el que soporta el peso y el trabajo de equilibrar, de cubrir espaldas y el encargado de dar estabilidad. A su lado y como dos volantes actúan tanto Melero como Sastre. El primero es un jugador total. Tiene recorrido, físico y capacidad para, desde una demarcación algo más centrada, ser el jugador con libertad para llegar. Su enorme llegada, unida a la calidad en su remate y su poderío en segunda jugada y sorprendiendo desde atrás, le han convertido en uno de lo motores de este inicio ligero, dejando la sensación de que su proyección puede ser brutal.
Sastre es el futbolista que mejor parece cumplir el perfil de los gustos Rubi en una línea medular. Es, quizás, el jugador más diferente y a la vez más vulnerable en una categoría donde el ritmo de ejecución es fundamental. El paso de las jornadas y una mejor condición física (son 2 los partidos que acumula jugando 90′) parecen estar aflorando la calidad que se conocía de él. Como si de una apuesta personal se tratase, el técnico barcelonés parece empeñado en rescatar a un jugador que si algo siempre ha demostrado es que posee una calidad innata para el manejo del balón.
Así, la SD Huesca y Rubi, en este caso, poco a poco están declinándose por la formación de estos 3 centrocampistas que en nada se parecen pero se retroalimentan. El tiempo dirá si puede ser una forma habitual de encarar los partidos o, por el contrario y como también se está pudiendo apreciar, si Rubi seguirá amoldando su idea y su juego en busca de las debilidades que considere puede encontrar en el rival.