Por muy extraño que suene no les voy a hablar del pasado domingo. Seguramente muchos de ustedes ya habrán oído bastante. Andamos entre el melancolismo y la incertidumbre que nos deja recordar la temporada pasada.
Y por eso voy a mirar atrás y me gustaría que lean atentos, porque quizás les ayude a entender mí efímera resaca: 5 puntos, 1 victoria, 2 empates y otras 2 derrotas, además de 4 goles a favor y 4 en contra. No es la tabla clasificatoria de esta temporada a estas alturas, sino la pasada. Sí, la pasada e histórica temporada que a todos tan buen recuerdo nos dejó. Y no, todavía no habíamos pegado el patinazo de Mallorca, por si alguno andaba avispado en buscar la excusa perfecta. Veníamos de perder 2-0 en el Sánchez-Pizjuán y ese mismo miércoles nos arrasaría el feudo azulgrana un tal Elche con un contundente 0-3, equipo que, curiosamente, terminaría descendiendo. Lo que es la vida.
“No caigamos en el error de sacar conclusiones tajantes cada jornada”
No es que sea el día de la marmota, pero sí conviene recordar que si aquel proyecto gozaba -y bien que me alegro- de crédito suficiente, haríamos mal si a las primeras de cambio echáramos por tierra las buenas sensaciones que dejó el equipo azulgrana el pasado domingo en tierras leonesas. Pero tampoco les quiero engañar, el fútbol lo marcan los resultados y si éstos no llegan no hay sensaciones que valgan. El rodillo de la autodestrucción no entiende de sentimientos; es frío y duro, como las matemáticas. Pero, por favor, no caigamos en el error de sacar conclusiones tajantes cada jornada.
“Jugando así, más pronto que tarde nos llegarán bien dadas”
Esta Liga 1|2|3 es tan competitiva que en tan solo 5 jornadas hemos pasado de ver editoriales de equipos con aroma de ascenso a críticas feroces en la derrota. Uno cada vez tiene más claro que la tranquilidad, el dejar hacer y confiar en las sensaciones es la mejor forma de afrontar los momentos de más incertidumbre. Mirar en estos momentos una tabla clasificatoria que solo arroja sorpresa tras sorpresa en un efímero ejercicio de echar la mañana. Yo prefiero basarme en lo visto y salvo errores graves -por suerte corregibles y a todas luces evitables- el domingo me fui esperanzado con la imagen ofrecida.
Si algo de claro saqué es que jugando así, más pronto que tarde nos llegarán bien dadas. Argumentos que me llevan a pensar que lo que hoy parece oscuro, pueda brillar mañana.