“Nos interesan los jugadores que tengan un perfil específico, algo distinto. Otra de las virtudes que más valoramos es la capacidad de los futbolistas para adaptarse a muchas posiciones y para afrontar los momentos de dificultad”.
La cita es de Ramón Lozano, responsable de la cantera zaragocista, y le sienta especialmente bien a Alejandro Francés (Zaragoza, 2002). El defensor aragonés comienza su segunda temporada en el primer equipo y acaba de firmar un debut redondo con la selección española sub 21. Jugó con seriedad ante Rusia y marcó frente a Lituana, en un tanto que tiene el sabor de los sueños que se cumplen antes de lo previsto. Lo hizo tras un cabezazo limpio en busca del palo largo, minutos después de su primer aviso en el aire. Ahora regresa a la disciplina del Real Zaragoza, donde se le considera el mejor central del grupo.
Su debut con el primer equipo no se entiende sin su capacidad de adaptación. Se estrenó en un partido de Copa ante el Socuéllamos, ubicado en el lateral izquierdo. Meses más tarde, en el Zaragoza post pandemia, vivió su primer partido como titular en el Anxo Carro, situado en el lateral opuesto. En esa posición ha encontrado un lugar en la selección de Luis de la Fuente, como también lo hizo en algunos tramos de su tiempo de cantera. Una temporada completa después de su promoción al primer equipo, brilla en el centro de la zaga, en su puesto más natural, a las órdenes de Juan Ignacio Martínez.
Alejandro Francés es un defensor total. Valiente en las disputas, posee un gen competitivo diferente y una virtud que le convierte en un jugador especial: la anticipación. Su velocidad le sirve para corregir, para afrontar el duelo ante cualquiera. Pero antes de eso, intuye las pistas que ofrece el juego, se expone y sale de zona en busca del corte definitivo. Es el observador tranquilo y activo que siempre está dispuesto a intervenir.
La pasada campaña fue el máximo recuperador del grupo, afrontó el duelo ante los mejores delanteros de la categoría y se midió en los momentos de máxima dificultad. Ese es otro de los secretos que maneja Francés, una de esas virtudes que Ramón Lozano destacó ante los micrófonos del Gol del Cierzo: la sensación de que ningún partido le queda grande.
Alejandro Francés asumió un dorsal histórico. El `6´ de Xavi Aguado o Gabriel Milito, en otra de esas decisiones estructurales que muestran dos cosas: la fe del club en el chico y la personalidad del jugador. Francés es un motivo de ilusión, uno de los grandes descubrimientos de la cantera en la última década. Ante su evolución parece inevitable sentir un punto de nostalgia anticipada. Un temor conocido, casi siempre anunciado: la previsión de que será traspasado antes de tiempo.
Hasta entonces, el Zaragoza disfruta de un defensor moderno, de un central con sueños de delantero. Vuela Francés.