Llegar y besar el santo. Así fue el debut de Jawad El Yamiq con la camiseta del Real Zaragoza. El central marroquí llegaba la semana pasada al conjunto maño y, sin apenas conocer a sus nuevos compañeros, ya entraba en los planes de Víctor Fernández. Pese a que su debut parecía que se haría esperar, la lesión de Atienza en el calentamiento provocó que El Yamiq tuviera que jugar su primer partido en una de las plazas más exigentes de la categoría, en el Ramón de Carranza, ante el líder. Su actuación le valió para ser reconocido como el mejor jugador del partido, según los lectores de SPORTARAGON.
El Yamiq, de más a menos
Tras el esguince de tobillo que sufrió Atienza, Víctor confiaba en El Yamiq antes que Clemente. Su decisión, llena de controversia, acabó siendo ratificada tras el notable partido que firmó el marroquí. Pese a ser el recién llegado, El Yamiq se puso a los mandos de la defensa zaragocista, como si llevará varios años al frente de ella. Comenzó el partido a un nivel altísimo, dando muestras de la calidad técnica y la experiencia acumulada. Imponente por arriba, rápido en los balones a la espalda y atrevido en la salida de balón. Su primera puesta en escena fue sorprendente, más aún si se tiene en cuenta el rival que había en frente.
Sin embargo, su rendimiento fue decreciendo conforme iban avanzando los minutos. El Yamiq acusó la falta de ritmo competitivo y pasada la hora de juego comenzó a sentir calambres que le impidieron seguir rindiendo al mismo nivel. No subió en las jugadas de estrategia ofensivas y tampoco arriesgó tanto en la salida de balón, fruto del cansancio. Pese a ello, consiguió acabar un encuentro que ni el más optimista habría imaginado cuando Lalo Arantegui decidió apostar por él.
De cuarto a primer central del Real Zaragoza
Parece evidente que, tras la exhibición de El Yamiq en su primer partido, Víctor Fernández seguirá apostando por él durante los siguientes encuentros. Tanto el entrenador como el director deportivo fueron exigentes en los refuerzos. Los que vinieran lo hacían para sumar y con la calidad suficiente como para hacerse un hueco en el once. El primero en hacerlo ha sido el marroquí, que junto a Guitián formó una pareja incontestable. Ambos se complementaron a las mil maravillas y demostraron que este año, por fin, el Real Zaragoza puede decir que cuenta con una defensa de garantías.
Su elevada estatura es un punto a favor. El Real Zaragoza sufre, pero no hace sufrir, en las jugadas a balón parado, al igual que en los balones que recibe por alto. Frente al Cádiz, El Yamiq demostró que los balones aéreos son una faceta más que solventada en el conjunto maño. Al igual que los balones largos. El Choco Lozano acabó desesperado ante la impotencia de ver como el marroquí le ganaba todos los duelos al espacio. Sin embargo, uno de sus puntos fuertes es la salida de balón, que puede hacer que Eguaras se sienta más liberado en ese aspecto. Sus pases entrelíneas y sus buenos golpeos en largo -véase en la asistencia en el gol de Soro- pueden ser un arma más para un Real Zaragoza que sigue sumando recursos a la gran variedad de registros que ya controla.