El Real Zaragoza llega al Carlos Belmonte en busca de su segunda victoria consecutiva, con la intención de prolongar ese estado de felicidad que solo traen las victorias. En una semana poblada de partidos, ganar en Albacete significaría algo más que un solo triunfo. Cambiaría la tendencia, alejaría la pista del descenso y sería la llegada ideal para el duelo ante el Huesca del próximo sábado.
Escribá busca certezas en un equipo que solo vence desde la agonía. En la previa analizó los defectos de la plantilla a balón parado, defendió a Ratón y señaló a Gueye como una buena alternativa. El senegalés no encuentra su sitio en el plan colectivo, pero se espera que algún día pueda resolver un partido por su cuenta. Si solo convence en el aire, el centro desde los laterales debería ser su mejor aliado. Ante los medios, Escribá incidió en un detalle sustancial: la plantilla no fue diseñada desde los costados sino desde la media y sus pasillos.
El Albacete de Rubén Albés
El Albacete siempre fue un clásico del fútbol español. En su regreso a la categoría se ha encomendado a la figura de Rubén Albés, capaz de proyectar a un equipo que se entiende mejor a través de los extremos. Tiene facilidad para marcar y encaja con la misma sencillez (21 goles a favor y 24 en contra). En su fútbol, no hay demasiados complejos y sí una admirable fe en sus posibilidades. A pesar de esa noción, no vive su mejor tramo de la competición. Si el Zaragoza de Escribá no ha perdido en Liga, el Albacete ha caído en 3 de sus 4 últimos partidos.
Rubén Albés ha logrado repartir el gol entre sus integrantes, con 10 goleadores distintos y tres futbolistas (Dubasin, Mesa e Higinio) con los mismos tantos que Giuliano Simeone (4). Altube se afianza en la portería, mientras Glauder y Djetei actúan casi siempre en el centro de la defensa, con el valor de una certeza. Juanma y Manu Fuster aceleran en los costados, Riki y Maikel Mesa le dan energía y poder a la media, Olaetxea domina la escena e Higinio guarda el balón y busca también el tanto y los desmarques.
El Zaragoza, tras la pista del triunfo
La victoria ante el Ibiza le dio a Fran Escribá algunas ventajas distintas. Descubrió que Francho Serrano puede cubrir mil kilómetros con sus piernas. Abarca terreno, prueba desde la distancia y es un enlace frecuente hacia la delantera. Por primera vez en el curso, se pareció por completo a sí mismo, al jugador que el Zaragoza necesita. Con cambios obligados por la carga de minutos, se espera que el gol le haya dado a Bermejo el mejor plano de toda la escena.
Giuliano no descansa nunca, mientras Mollejo puede rotar para darle un lugar a Gueye en el once. Manu Molina ocupará el sitio de un Grau cada vez más tímido, quizá porque la inercia de la última media hora ante el Ibiza favorece esta vez al onubense. El resto de las modificaciones están en el alambre y pocas decisiones serán tan estratégicas como el lugar de Alejandro Francés. El canterano, considerado el jugador franquicia del proyecto, está ahora a la sombra de Lluís López, mejor valorado por los técnicos que por el público. Está por ver si la carga de partidos le da un lugar a Francés, ansioso por convencer con fútbol a su técnico.
Escribá contempla el duelo ante el Albacete como una oportunidad ideal para su equipo, que servirá para medir su “margen de mejora”. En un escenario lleno de recuerdos, el Zaragoza quiere iniciar su semana grande.
Posibles alineaciones:
Albacete Balompié: Bernabé; Álvaro Rodríguez, Glauder, Djetei, Julio Alonso; Maestre, Olaetxea, Maikel Mesa, Juanma; Manu Fuster e Higinio.
Real Zaragoza: Ratón; Gámez, Francés, Jair, Fuentes; Manu Molina, Francho Serrano, Bermejo, Eugeni; Giuliano Simeone y Gueye.