ZARAGOZA | El relato de La Copa del Rey ofrece una bonita oportunidad, la construcción de un relato distinto. El cuento tiene algo de biblíco, el David contra Goliath que permite el fútbol. No estuvo dispuesto el Zaragoza, que venció donde había tropezado los dos años anteriores. Y ganó después de un inicio pastoso, resuelto por el carril de la calle, por el jardín de Pau Sans. El canterano diseñó el primer gol del Zaragoza con su regate y el centro lo remató Alberto Marí en dos tiempos. Parecía resolver el mayor de los obstáculos, el primer paso hacia la victoria. Pero Sebastian Kosa mostró que no está fino para la competición, independientemente del rival que tenga enfrente, al margen también de una lesión que llegó luego. El eslovaco convritió a Sanku Jabbie en el héroe local. El delantero gambiano le hizo un traje a medida, ganó duelos, levantó a la grada y arañó el gol del empate muy pronto. Su robo sirvió para enfilar a Femenías y batirle por el lado contrario.
Hubo dudas en el Zaragoza, tembloroso en el balón parado, lento en el inicio del juego. Solo progresó por el raíl de Pau, que se deslizó mientras otros trotaban. Se asoció con Alberto Marí, que decidió actuar lejos del gol por iniciativa propia. Faltaron jugadas elaboradas y ocasiones en común, descontando un lanzamiento de falta de Bermejo. Llegó a temblar el Zaragoza en las contras, ante el entusiasmo de Sanku y una opción de Jaume Fernández. En ese punto, cuando enfilaba ya el descanso, Adu Ares resolvió un barullo con su pisada y eligió el centro. En el área esperaba Jair Amador, dispuesto a marcar un gol que tuvo algo de justicia poética. Ante las dudas de Kosa, él había parecido sólido, preparado para competir en el mano a mano. En el área rival, un sitio en el que siempre tuvo una extraña facilidad para desenvolverse, ejecutó sin oposición.
A la alegría por el gol le acompañó una desgracia, Sebastian Kosa se marchó lesionado, quizá herido en su rodilla. Fue la última noticia que ofreció el partido en mucho tiempo. El fútbol se volvió frío entonces, calculador en el bando del Zaragoza. No hubo pólvora hasta que la ruleta de cambios mejoró al Zaragoza. Toni Moya le dio sensatez al partido y Francho Serrano e Iván Azón vértigo en la jugada que sirvió para marcar distancias definitivas. Hubo conexión de cantera en el partido y en los goles de la sentencia. En el cuarto, Carlos Nieto encontró a Pau Sans, que completó su partido con su segundo gol en el primer equipo.
En el tramo final, Adu Ares acudió al segundo palo, listo para un remate plástico, cómodo y feliz para cerrar su encuentro. El Zaragoza le ganó así al frío, a los precedentes y también a sus fantasmas. El triunfo, previsible sobre el papel, se cerró con un margen prudente, una alegría contenida. Venció el Zaragoza y los menos habituales pudieron ser felices en su día. Entre ellos estuvo Marí, Jair, Ares y también Pau Sans. Y la sonrisa de este último sigue pareciendo tan ilusionante como contagiosa. También en su primera copa.
Ficha técnica:
CE L´HOSPITALET: Adriá Aliaga; Pariente, Ayala, Vitalie; Lasso, Jaume Fernández, Ton Alcover, Pol Ballesteros; Luis Estebe, Sanku Jabbie.
REAL ZARAGOZA: Joan Femenías; Marcos Luna (Sabater, 80), Kosa (Bernardo Vital, 46), Jair, Carlos Nieto; Gori Gracia (Toni Moya, 62), Marc Aguado (Francho Serrano, 62), Pau Sans, Sergio Bermejo, Adu Ares; Alberto Marí (Iván Azón, 62).
Goles: Alberto Marí (minuto 12); Sanku Jabbie (minuto 15); Jair Amador (minuto 45), Iván Azón (minuto 76), Pau Sans (minuto 79), Adu Ares (minuto 84).
Árbitro: Andrés Fuentes Molina. Amonestó a Alcocer y Jabbie por parte del Hospitalet y a Marcos Luna y Marc Aguado por parte del Zaragoza.