ZARAGOZA | El Real Zaragoza perdió ante el Alcorcón en un partido que tuvo muchas entregas, varias secuelas de la misma historia. El duelo terminó como suelen acabar los encuentros en La Romareda ante el equipo madrileño, que acumula ya seis victorias consecutivas en El Municipal. Durante algunos minutos, el Zaragoza encontró el juego que había perdido en las últimas fechas, pero no descubrió nunca la sonrisa de la suerte. Gaëtan Possin estuvo gafado en su debut, cómplice en los dos goles que lo decidieron todo.
Poco importó que el inicio del Real Zaragoza pareciera mejor que todos los anteriores, en un partido en el que los penaltis y los goles se anularon por un pie o por un hombro, también por la intervención del VAR. La intención del principio se convirtió luego en un fiasco, ante un Alcorcón serio, que esperó agazapado su momento. Las áreas deciden este juego y allí el Zaragoza se equivocó siempre. No acertó Azón en la contraria y se complicaron Poussin y Grau en el gol de Bravo y también el portero y Aguado en el de Yan Eteki.
Si el travesaño escupía el remate de Azón o la figura de Jesús Ruiz se hacía inmensa, Poussin aparecía en la foto de los goles. El Zaragoza menguó en el último tramo, vencido por el poder que tienen los goles en este juego, como si no pudiera encontrar respuesta para el partido o una explicación lógica de su derrota. Encadena ya dos consecutivas en su campo, en un lugar que la grada ha hecho mágico un día sí y otro también. Ha dejado de responder el equipo sobre el césped, perdedor también en los días que juega casi bien.
Fue práctico el Alcorcón, maduro y sostenido, como si supiera que hay una magia negra que actúa a su favor en sus citas en La Romareda. El Zaragoza, lleno de buenas intenciones, tropezó siempre en el fútbol posicional. La última jugada, cuando ya todo estaba perdido, define a la perfección la mala fortuna de los de Escribá. Jesús Ruiz firmó una gran secuencia de paradas ante Enrich y Mesa. Germán Valera, con todo a favor, acabó tropezando con Enrich y el palo en el tercer intento de la misma acción.
El fútbol se volvió gris y el Zaragoza se quedó a un dedo del remate, como si el partido pudiera explicarse a través de un embrujo que ya es recurrente. Perdió el equipo de Escribá y de nada sirvió el cambio de piezas, una versión más lúcida de Manu Vallejo, el pase medido de Toni Moya o el cambio de escena que trajo la entrada de Víctor Mollejo. El Alcorcón acabó triunfando en todos los detalles, ganador en la segunda mitad de los duelos que en la primera fueron del Zaragoza. Los maños se perdieron pronto, desquiciados ante elecciones arbitrales que fueron justas por milímetros, negados ante el gol y la suerte.
El resultado, el 0-2 visitante, lo explica casi todo. Y en La Romareda se vivió la repetición de la misma tragedia, por mucho que cada curso cambien las caras de los intérpretes. El Zaragoza acabó frustrado, vencido por un gafe que ya es constante, casi cotidiano ante el Alcorcón.
Ficha Técnica
Real Zaragoza: Gaëtan Poussin; Fran Gámez, Santiago Mouriño (Alejandro Francés, 46), Jair Amador, Quentin Lecoeuche (Sergi Enrich, 80); Jaume Grau (Marc Aguado, 59), Toni Moya; Germán Valera, Manu Vallejo (Maikel Mesa, 80); Iván Azón y Sinan Bakis (Víctor Mollejo, 59).
AD Alcorcón: Jesús Ruiz; Víctor García, Rivas, Babin, Chema Rodríguez, Morillas (Castro, 57); Mosquera, Bravo (Yan Eteki, 50); Javi Lara (Bustos, 57), Addai (Artola, 89); y Chiki (González, 57).
Árbitro: Quintero González. Amonestó a Mouriño (16), Valera (45+3), Chiki (45+5), Jesús Ruiz (57), Mollejo (84), Chema Rodríguez (86), Maikel Mesa (87), Mosquera (93) y Azón (93),
Goles: 0-1, min. 37: Bravo. 0-2, min. 81: Yan Eteki.