El Real Zaragoza se trae de Cádiz un punto importante, pero que sabe a poco tras ir ganando el partido hasta el minuto 83. Un empate que sienta todavía peor al producirse desde el punto de penalti. Una acción que de no haberse producido, podría haber derivado en el triunfo zaragocista. Un empate ante el líder es un buen balance, pero haber sumado tres puntos hubiera catapultado la moral zaragocista hacia el objetivo del ascenso.
Los de Víctor Fernández salieron al Ramón de Carranza con un 4-1-4-1 que buscaba posesión en el centro del campo para intentar incomodar al Cádiz cuando el rival no tuviese el balón. Un cambio de sistema que también vino ocasionado por la baja de última hora durante el entrenamiento de Atienza. El central, que aporta seguridad y salida de balón al Zaragoza, no pudo formar de inicio y eso fue compensado por Víctor situando a Eguaras como pivote más cercano al centro de la defensa donde debutó El Yamiq. Con el navarro por delante de los centrales, el Real Zaragoza podía conseguir una mayor seguridad para frenar a los delanteros rivales, además de lograr una salida de balón más pausada y combinada.
El hecho de que Puado estuviera volcado a banda e Igbekeme actuase por dentro, no dio velocidad al ataque del Real Zaragoza. Durante los primeros 45 minutos el equipo se mostró seguro en defensa, salvo un par de jugadas de Lozano y Salvi ante las que Cristian respondió con su seguridad habitual. Sin embargo, el equipo zaragocista se atascaba al pasar la línea del centro del campo. Suárez apenas olía el balón.
Cambio de sistema del Real Zaragoza en la segunda mitad ante el Cádiz
Las cosas cambiaron en la segunda mitad, cuando Víctor cambió de dibujo para pasar a un 4-4-2. El Yamiq le dio al técnico la confianza suficiente como para dotarle de una mayor independencia y no tener que contar con un refuerzo excesivo desde el centro del campo. Así, la línea creativa del Real Zaragoza se pudo centrar en combinar hacia la meta rival. Puado y Suárez siempre rinden mucho mejor juntos y James por banda dio un plus de desborde que los blanquillos no estaban encontrando durante la primera mitad.
La reacción fue inmediata y El Yamiq dio un buen pase a Soro para que este definiese con elegancia e hiciese el 0 a 1. El Cádiz fue a por el partido con ambición. Perea causaba problemas por banda a Vigaray y Álex Fernández también disponía de ocasiones. El Real Zaragoza tiró de orden táctico, calma y seriedad para mantener al Cádiz a raya. El “pero” estuvo en las contras. Los aragoneses no supieron terminar de definir las acciones rápidas que se generaban tras sus robos de balón.
Dani Torres debutó para sustituir a Igbekeme, situándose por dentro y enviando a Guti a la derecha y a Soro a la izquierda. A pesar del movimiento táctico, la precipitación y el poco acierto final caracterizaron las acciones de ataque zaragocista a medida que iban pasando los minutos. Falló Guti y posteriormente, hizo lo mismo Eguaras. No había finalización ni buenas elecciones en los momentos decisivos.
Cuando no se sentencia ya se sabe lo que suele pasar y esta ocasión no fue una excepción. Eguaras cometió un penalti que el Cádiz no dejó escapar para hacer el definitivo empate a uno. La victoria estuvo cerca, pero el verdadero triunfo es haber dado un paso más hacia ese objetivo llamado Primera División.