El Real Zaragoza ha llegado al tramo definitivo con algunas de sus mejores impresiones. Su evolución se plasma en un lugar muy concreto del campo: en las bandas. Allí, Fran Gámez y Pep Chavarría se pasan el testigo desde la distancia. Gámez se proyecta, con su aspecto de fondista, por la derecha. En la izquierda, Pep Chavarría recorre todos los caminos, con pasos cortos y una mecánica ágil y veloz. Los dos fueron vitales en el triunfo ante el Girona y a los dos se les espera en el duelo del Alcoraz.
Fran Gámez sorprendió en la pretemporada, cuando todas las ilusiones son de verano. Incluso llegó a marcar goles que no ha vuelto a cantar. Sus mejores virtudes en la temporada han sido otras: pases de gol, un fútbol que se basa en la resistencia y la poderosa sensación de que para JIM es imprescindible.
Los primeros partidos de Gámez descubrieron a un jugador constante, capaz de ganar línea de fondo. Útil en el ataque posicional, su fútbol es zancada y autopase. Vital en el plan de JIM, el técnico ha confiado en él a toda costa, incluso cuando ha perdido pie en algún punto de la temporada. Quizá porque los números siempre sonrieron a Gámez. En un Zaragoza escaso de gol, el lateral ha mostrado su faceta de asistente en cuatro ocasiones. Las Palmas, Girona, Almería o Amorebieta sufrieron su llegada y sus servicios. Frente al Girona, firmó su mejor partido. Recuperó, profundizó y proyectó las mejores transiciones del segundo tiempo.
Pep Chavarría, mejor que nunca en el carril del Zaragoza
Pep Chavarría vive también su mejor tramo en el curso. Durante algún tiempo, de él se sospechó que era más extremo que lateral, mejor atacante que defensor. Quizá lo siga siendo, pero por el camino ha aprendido los secretos de su posición. Guarda mejor la marca, se aplica en la defensa del carril e intuye el desmarque o el regate del rival. Ha madurado en su juego, hasta el punto de seleccionar mejor sus ataques. Explosivo y con un primer paso de sprinter, su salida natural llega siempre hacia la izquierda. En eso, su fútbol no ofrece muchos engaños, pero tampoco grandes antídotos. Su marcador sabe hacia qué lado va a salir, pero no suele poder pararle.
La segunda vuelta de Pep Chavarría coincide con la mejor versión del Zaragoza. El catalán, sin un sustituto fiable en el grupo, ha progresado ligeramente hasta en su asignatura pendiente, en sus centros. En todo lo demás, lo ha hecho a pasos agigantados, hasta ser un futbolista cada día más completo.
Gámez y Chavarría guardan la banda y progresan por el carril. Frente a la SD Huesca les espera un examen difícil: la amenaza de Gerard Valentín, Marc Mateu o Lago Junior. Quizá en ese contexto el centro del escenario se traslade a las orillas del Alcoraz. En ese lugar del derbi, el Zaragoza vuelve a confiar en un fondista y en un esprinter para vencer.