La solidez defensiva —con permiso de la parcela ofensiva— fue el principal quebradero de cabeza del Real Zaragoza la temporada pasada. Ser decisivo en ambas áreas es lo que marca las diferencias. Sin embargo, lo que está claro es que si no encajas, no pierdes. Y esa debe de ser la máxima del conjunto maño. Primero, cerrar la portería. Ya habrá tiempo para destaparse en ataque.
Tras las dos primeras jornadas, el Real Zaragoza se encuentra, junto a otros cinco equipos, como el conjunto menos goleado, habiendo encajado sólo un gol. Un ranking que podría haber liderado en solitario de no ser por el gol de Pablo Valcarce a cuatro minutos del final. Ante esta situación aparece una pregunta. ¿Ha conseguido el Real Zaragoza una mayor solidez defensiva? Si nos fijamos en las estadísticas, podríamos decir que sí. Pero lo cierto es que es demasiado pronto para valorarlo. Si bien es cierto que el equipo de Víctor Fernández es el tercer equipo que más remates recibe (31), la mayoría de ellos no han entrañado demasiado peligro. Un solitario disparo de Malbasic frente al Tenerife y los dos disparos de Isi y Yuri ante la Ponferradina fueron las únicas intervenciones ligeramente peligrosas de un Cristian Álvarez que ha pasado más desapercibido de lo normal en estas dos primeras jornadas.
Guitián, un nuevo efectivo para Víctor
Primero la operación de apendicitis. Más tarde un esguince de tobillo. Alberto Guitián ha visto cómo su regreso se demoraba. Ahora, habiendo cumplido los plazos de recuperación, el central cántabro podría entrar en la convocatoria para el partido ante el Elche. Guitián fue un fijo durante la temporada pasada. Su llegada, lejos de poder solucionar todos los males defensivos, proporcionó una ligera solidez defensiva de la que carecía el Real Zaragoza anteriormente. Su vuelta abre un abanico de posibilidades a Víctor Fernández. Atienza cuenta con la vitola de titular, por lo que Simone Grippo podría ser el sacrificado. Sin embargo, todo dependerá de la evolución de un Guitián carente de ritmo competitivo y que ha ido introduciéndose en los entrenamientos de forma progresiva. La decisión, en manos de Víctor.
El balón parado, un aspecto a mejorar
“Otra vez a balón parado”. Era la frase más escuchada en las gradas de La Romareda. El Real Zaragoza sufrió, y mucho, durante la temporada pasada en las jugadas de este tipo. La poca estatura de la mayoría de los jugadores y el desorden defensivo fueron las principales causas de que cualquier jugada de estrategia provocara arritmias y taquicardias en las gradas del Municipal. De ahí que la dirección deportiva centrara sus esfuerzos en un perfil de jugadores algo distinto, buscando una mayor envergadura y un mayor poderío físico. Bikoro, Vigaray, Atienza, Dwamena o Luis Suárez son la demostración de este hecho.
Sin embargo, el último encuentro ante la Ponferradina dejó algo de dudas. Una jugada de estrategia, con el posterior cabezazo de Valcarce supuso el primer gol del encuentro. No subió al marcador. El VAR hizo justicia. Pero esto no evitó la aparición de los fantasmas del año pasado. El Elche, conocedor de esta situación, no dudará en aprovecharse. En su partido contra el Alcorcón este mismo fin de semana, el equipo de Pacheta consiguió remontar el 1 a 0 inicial con dos goles en jugadas a balón parado. Un zapatazo de Gonzalo Verdú y un cabezazo del mismo a la salida de un córner supusieron los dos tantos del equipo alicantino.
El Real Zaragoza recibirá este viernes a un Elche con muchas carencias defensivas. Con únicamente nueve disparos es el segundo equipo que menos remates realiza de LaLiga Smartbank. Un partido para mantener la portería a cero. Para seguir creciendo en defensa. Para volver a echar el candado a la portería.