Dicen que sin gol, no hay fútbol, y lo cierto es que a la SD Huesca le está faltando mucho fútbol en esta primera parte de la temporada para poder sobrevivir en Primera División. A día de hoy, el conjunto altoaragonés es el equipo de toda la categoría que menos goles ha marcado: tan solo 14 tantos. El empate contra el Villarreal fue el cuarto partido consecutivo de liga sin marcar.
Pacheta llegó con una idea clara de mejorar al equipo reforzando cada debilidad mostrada por el equipo de manera progresiva. La solidez defensiva fue el primer aspecto a mejorar, afianzar un punto a partir del cual crear hacia adelante. Casi lo logró en Getafe si no llega a ser por un fallo aislado, y culminó el trabajo de sus dos primeras semanas con el meritorio empate a cero contra el Villarreal.
La parte defensiva, con un sistema de tres centrales y dos carrileros, comienza a demostrar esos “brotes verdes” de los que hablaba el burgalés. Ahora, es el turno del ataque azulgrana, una parte que atraviesa un grave problema de ausencia de olfato goleador. La última vez que la SD Huesca supo lo que era un gol, fue en Vigo, con un gol de Seoane a falta de seis minutos que no sirvió para nada. O lo que es lo mismo, quitado el partido de Copa del Rey, el Huesca no sabe lo que es marcar en 2021.
Los delanteros de la escuadra azulgrana suman un total de nueve goles. Rafa Mir encabeza la lista con tres tantos, seguido por Sandro y Ontiveros con dos cada uno. Okazaki solo vio puerta con un golazo al Granada mientras que Ferreiro sumó otro para maquillar el resultado ante el Real Madrid. Ni Sergio Gómez ni Escriche han conseguido estrenarse en esta temporada.
¿Cómo acabar con la sequía?
Es cierto que, por el momento, los recursos de Mir están siendo escasos para Primera División, que Ontiveros peca en muchas ocasiones de individualismo y que el rendimiento de Sandro y Okazaki se ha visto truncado por las lesiones. Aun así, toda la culpabilidad no recae en los activos ofensivos. Pacheta tiene mucho trabajo por delante. Ya lo dijo en su primera rueda de prensa, su deber era que el equipo creara ocasiones de gol, cuantas más, mejor.
Para ello, debe lograr construir un centro del campo mucho más fuerte y, sobre todo, creativo, que logre salir de la presión del rival y forzar a que estos tengan que retrasar la línea. A lo largo de esta primera vuelta, la presión ejercida sobre los azulgranas, obligaba a los delanteros a tener que bajar para apoyar en la salida del balón, sobre todo a futbolistas de mayor toque como Sandro u Okazaki. De esta manera, el equipo perdía presencia en el área contraria provocando una sensación de mayor confianza y tranquilidad en la defensa rival.
Con dos carrileros, jugadores de banda como Ontiveros, Ferreiro o Sergio Gómez deben buscar una mayor verticalidad. La asociación entre lateral y extremo puede beneficiar mucho, tal y como lo hemos podido ver con Galán y Ontiveros. Seoane también ha dado un paso hacia adelante y, protegido por un sólido Doumbia, puede ser ese ‘box to box’ que necesita el equipo.
Prender la pólvora
Bien es cierto que sin un delantero goleador, toda ocasión acabará en agua de borrajas. Tomando como ejemplo la última temporada de la SD Huesca en Primera División, en la jornada 20 el equipo también ocupaba el último puesto con una seria falta de gol (17 tantos). Francisco dio con la tecla y, aunque no se logró la permanencia, el conjunto oscense acabó con 43 goles; es decir, más del doble de lo que habían conseguido en la primera mitad de la competición. La irrupción de Enric Gállego revolucionó un ataque donde el ‘Chimy’ Ávila comandó hasta el final.
Aquel Huesca contó con dos referentes en ataque que cumplieron, en parte, con su función, algo que por el momento no parece verse en la temporada actual. El Elche, con 16 goles marcados, tiene a Fidel y a Josan con cuatro goles cada uno; el Cádiz (17 tantos) tiene a Negredo que está viviendo una segunda juventud y ya acumula otros cuatro seguido de Lozano con tres. El Éibar y el Getafe, con los mismos goles marcados que el conjunto andaluz, tienen otros dos veteranos de la categoría como Kike García y Ángel, ambos con cinco goles.
Todos ellos cuentan con uno o dos referentes, capaces de marcar la diferencia cuando el partido está atascado. El Huesca, no. Por ello, y en vistas de que un delantero no es una prioridad en este mercado invernal, se necesita más que nunca la mejor versión de Rafa Mir y Okazaki. Una pareja que marcó 21 goles entre los dos en la pasada campaña. Pacheta ya ha construido la muralla, ahora toca fabricar los cañones.