ZARAGOZA | El Real Zaragoza se mide al Castellón en una semana sin respiro, en la que el fútbol nunca se detiene. Lo hará con el impulso del triunfo en Elda, con la intención de recuperar La Romareda. El lugar de la clasificación le sonríe, ubicado una semana más en ascenso directo. Sus dos asignaturas pendientes están ya escritas: tapar la hemorragia defensiva y evitar que el primer golpe del partido llegue del lado contrario.
El Castellón es un equipo alegre, atrevido, distinto en casi todo. Lo es desde los despachos, el lugar en el que Bob Voulgaris ha desarrollado su apuesta más arriesgada. La elección del término no es casual: Voulgaris hizo fortuna al especializarse en el diseño de patrones para predecir resultados en las apuestas. Se centró en la NBA, donde siempre fue capaz de ir un paso por delante de las casas de juego. Después de ser también jugador profesional de póker se convirtió en la mano derecha de Mark Cubain en Dallas Mavericks. En Castellón ha alcanzado su proyecto más personal: lidera desde la propiedad un proyecto ambicioso, que pretende romper los moldes del fútbol español. Según el canadiense, tiene a su favor una ventaja competitiva: el valor de la estadística avanzada (big data) en todas sus elecciones.
La llegada del Castellón ha tenido un gran impacto en la Segunda División. Genuino en todo, el equipo valenciano juega un fútbol atrevido, especializado en la presión tres perdida, en la valentía en todas sus líneas. Sus partidos son abiertos y están llenos de goles, cerca del Zaragoza en muchos de sus registros. Raúl Sánchez e Israel Suero dominan la tabla de goleadores, con 4 tantos sobre la marcha, y se benefician del descubrimiento de Álex Cala como el mejor de todos los asistentes.
El Real Zaragoza tendrá de su lado la pegada, el talento que le ha hecho vencer encuentros. Entre Samed Bazdar, Mario Soberón e Iván Azón suman 13 de los 20 goles del Real Zaragoza en esta fase. Para el partido, Víctor Fernández contará de nuevo con Iván Azón, autor de 3 goles en los últimos 3 encuentros. La duda se cierne sobre la rodilla de Samed Bazdar, que actuó en el último entrenamiento con un aparatoso vendaje. Víctor Fernández le espera para el encuentro, por mucho que las molestias del serbio preocupen a todos los zaragocistas.
La prueba del rombo no acabó de funcionar en Elda y se espera que el equipo regrese a una formación más canónica, condicionada por el nivel de descanso de sus integrantes. En ese contexto, Bernardo Vital regresaría a la zaga junto a Lluís López. El nivel de Marcos Luna le ofrece alguna posibilidad sobre la banda, mientras Clemente puede ocupar de nuevo la silla vacía de Dani Tasende. Más dudas se ciernen sobre la media, en la que entre Marc Aguado, Francho Serrano, Toni Moya y Keidi Bare deben salir dos puestos, tres a lo sumo.
Confiará Víctor Fernández de nuevo en la zurda de Aketxe, que sin mejorar en el circuito de juego, sumó su primera asistencia del curso. En el ataque, se espera que regrese Adrián Liso a la titularidad y entre Adu Ares y Pau Sans habrá que escoger un puesto. La alineación estará condicionada por el nivel físico de los futbolistas y se espera que donde no lleguen las piernas, alcance con el talento. Solo vale vencer en La Romareda, sin saber si será con Azón, Bazdar, Marí u otros acompañantes. Se desea recuperar la solidez perdida y mantener el mismo ritmo de goles en las porterías contrarias.
Asentarse en el ascenso directo tendrá sentido y una extensión especial si el Zaragoza vuelve a vencer en su estadio. Lo buscará ante el equipo más particular de toda la categoría, en un duelo que se espera abierto y divertido. Ante un equipo que cree en los datos y quiere reducir la suerte, urge recuperar una casa y el mejor amuleto.