La sequía goleadora que atraviesa actualmente la SD Huesca tiene que ver directamente con la falta de gol de sus delanteros. Shinji Okazaki, Cristo González y Dani Escriche, los tres puntas que tiene a su disposición Míchel Sánchez, tan solo suman un gol en once jornadas con el Huesca. Ninguno de los tres cumple con la labor de ser un jugador referencia en ataque e incluso el técnico lo reconoce. Sin embargo, la falta de acierto está penando a los azulgranas y eso se transmite en sequía de goles y la sensación de que se podrían haber conseguido más puntos, como contra el Racing de Santander, donde Ivi salvó los muebles en el ’95.
Mientras, clubes como el Real Zaragoza tiene en sus filas a jugadores como Luis Suárez. El colombiano atesora siete goles en lo que llevamos de liga, destapándose como uno de los atacantes más prometedores de su quinta. Girona y Stuani es otra historia de amor diferente a la del Huesca con sus delanteros. El uruguayo decidió quedarse en la categoría de plata y lleva ya siete goles. Por abajo también hay goleadores. En el Oviedo, Ortuño suma otros siete tantos para mantener con vida a los asturianos.
Escriche, el único agitador
Ante la falta de fichajes en la parcela ofensiva, Dani Escriche comenzó la temporada siendo la única referencia en ataque. El castellonense no se ganó su sitio a base de goles, sino con sacrificio y agitando el juego. Pocos jugadores pueden presumir de ello. A pesar de tener la pólvora mojada, se vio contra el Extremadura, Escriche es de los únicos con una gran capacidad luchadora.
Sin embargo, una lesión en la rodilla durante el encuentro ante el Extremadura lo ha dejado en el dique seco, aunque ya está en su último tramo de recuperación. El Huesca necesita jugadores como Escriche. La dupla que hacía con el también lesionado, Dani Raba, era envidiable.
La perla oxidada
Cristo González llegó a la capital altoaragonesa con el cartel de ‘joya’ de La Fábrica madridista. Poco ha podido demostrar, aunque lo que ha jugado ha dejado mucho que desear. Su falta de mordiente le ha llevado a estar en el banquillo o en la grada. Ha disputado 236 minutos repartidos en seis encuentros, donde solo ha comenzado uno como titular. No ha terminado de entrar en la dinámica que Míchel exige.
El canterano madridista ha dejado algún detalle de calidad pero ni rastro de los veinte goles que marcó el año pasado en Segunda División ‘B’. Si que es verdad que su mejor posición está más atrasada, casi como un segundo delantero. Pero el jugador tinerfeño debe mejorar su olfato de gol para lograr hacerse con un puesto en el once.
El samurái sin katana
Shinji Okazaki llegó de rebote a la entidad azulgrana tras no poder inscribirse con el Málaga y ante la necesidad de los oscenses de fichar a otro delantero. El japonés es el único de los tres arietes del Huesca que ha anotado. Curiosamente un golazo contra el Málaga. Ante la baja de Escriche y el bajo rendimiento de Cristo, fue la alternativa en la punta de ataque. Con el nipón ocurre igual que con el tinerfeño, actúa más atrasado. Por lo que la posición de referencia se le queda muy grande.
Sin embargo, un delantero de talla mundial como Okazaki tampoco debería tener muchos problemas a la hora de adaptarse a la Segunda División española. Acumula 562 minutos en ocho partidos, seis de ellos partiendo desde el inicio y un solo gol en su bolsillo. A pesar de ello, cuando ‘Oka’ sale de titular obliga a los defensas rivales a tener a ojo encima del japonés. Por lo que deja libre huecos y el Huesca puede aprovecharse de ello. Cristo, Escriche y Okazaki deben trabajar más si quieren un hueco en el once titular del Huesca.