El derbi dejó luces y sombras en cuanto al rendimiento individual de algunos de los azulgranas que participaron en el encuentro.
Que el choque ante el Zaragoza no era uno más lo demuestra el ambiente de antes, durante y después del partido. Y la SD Huesca no fue ajena a todo ello: la percepción que deja el encuentro a nivel grupal es que el equipo está tocado anímicamente y, para muestra, el mazazo que supuso el gol rival cuando mejor estaban los hombres de Rubi. Hasta ese momento -sin entrar a valorar más de lleno las fases que en este tramo hubo-, el Huesca no fue inferior, y su ascendencia en el partido era palpable hasta que el tanto blanquillo perforó la moral de un equipo necesitado de impulsos positivos.
Pero lejos de analizar el rendimiento grupal hay que detenerse en algunas claves con nombres y apellidos que pueden explicar el momento actual y, quién sabe, si los próximos compromisos. Porque en La Romareda volvió a parecer el Remiro de siempre, con su juego fácil y eficaz de pies -algún error aparte- y, sobre todo, salvador cuando el Huesca sufrió las claras embestidas del rival. Recuperar su mejor nivel era clave y a tenor de los visto en Zaragoza puede ser una de las mejores noticias para este final de Liga. Si Remiro para, el Huesca suele salir victorioso.
Otro jugador que impartió un clínic fue Jorge Pulido. El central toledano cuajó un partido soberbio, astuto en la anticipación y duro y contundente en el cuerpo a cuerpo. Su rival era de altura, y a tenor de lo visto salió muy fortalecido, de igual forma que Brezancic. El lateral firmó una de sus actuaciones más completas con la elástica azulgrana y dominó su banda con una superioridad manifiesta. Por allí confluyeron las mejores internadas oscenses y su esperanzador partido es una grata noticia para Rubi quien, de confirmar su progresión, recupera una de las armas más poderosas del mejor Huesca de la temporada: la aportación de sus laterales.
Por contra, el choque dejó la constatación de una de las grandes sospechas. El parón, lejos de ayudar, no le ha venido nada bien a hombres fundamentales como ‘Cucho’ y Melero. Ahora mismo lo que necesitan es ritmo de competición. Recuperarlos se antoja fundamental; han sido el elemento diferencial del Huesca durante gran parte de la temporada y ahora, donde se decide todo el pescado, rescatarlos es vital. Lo mejor es que la semana de 3 partidos les puede venir como anillo al dedo. Su mejor versión a buen seguro ganará enteros tras esta concentrada semana competitiva.
Jair tampoco pasa por su mejor momento. El caboverdiano está llegando a este final de la temporada con el contador de kilómetros a rebosar. Es, junto a Remiro, el único jugador de la plantilla que ha disputado todos los encuentros de Liga. Aun así, se antoja vital en el centro de la zaga junto a Pulido, y Rubi y sus ayudantes lo saben. Es por ello que no es extraño ver al central azulgrana hacer planes específicos que le ayuden a mantener ese nivel de velocidad y contundencia que en tantos partidos ha exhibido.
Y por último están los casos, por un lado, de Álex Gallar, quien conviene recordar está jugando varias jornada con un problema en el abductor y quien, incluso, lo ha hecho infiltrado en algún choque, y David Ferreiro, que si bien es cierto no estaba atravesando su momento más fino de la temporada, sorprende se haya convertido en el jugador número 14 ó 15 del cuadro oscense sin aparentes problemas físicos de por medio. Unos problemas que están impidiendo ver con más minutos al seguramente jugador -Gallar- más desequilibrante actualmente de la plantilla y al escudero silencioso más fiel e incisivo -Ferreiro- que dispone Rubi.
Ambos deben volver a tener ese protagonismo que tan buenos resultados le ha dado al Huesca. La justicia futbolística se lo debe y la afición a buen seguro se sentirá muy identificada. Las piezas del puzle que el equipo ha ido sumando en las últimas fechas deben suponer un aumento en la competitividad, pero desde el convencimiento de que, para entrar, deben mejorar sustancialmente lo que había. Muchos matices individuales que a buen seguro Rubi y su cuerpo técnico tendrán que seguir cuidando y potenciando y buscarles acomodo mientras su mejor versión regresa. Jugadores nada sospechosos en su pasado, que contribuyeron y de qué manera a convertir a esta SD Huesca en el mejor equipo de largo de la Liga 1|2|3 durante gran parte de la temporada.
Mimbres y alicientes suficientes para una plantilla que vive herida en su orgullo y estocada en su moral. Pero el estado de ánimo es algo que puede cambiar un simple resultado; es allí donde radica la gran esperanza azulgrana. El jueves, por suerte -como ya aventuraba Rubi-, el Huesca tendrá una nueva oportunidad de resarcirse, al abrigo de su gente, en un estadio que durante muchas jornadas ha sido un fortín y el cual está ansioso de volver a ver a su equipo. Es allí donde todos los azulgranas tienen cita con la historia y es allí donde, ahora, justo ahora, no está permitido fallar.