ZARAGOZA | Sergi Enrich devolvió a la vida a un Real Zaragoza muerto durante toda la segunda mitad, que dejó escapar una ventaja valiosísima y que encontró en un centro lateral un punto que puede valer mucho y nada a la vez. El equipo de Víctor Fernández jugó dos partidos en uno sólo y el segundo fue digno de un equipo de descenso.
Cristian Álvarez (3): No ha tenido el más dulce de los regresos y ya son seis goles desde que recupero la titularidad. Hoy, Álvaro Giménez validó la ley del ex sin prácticamente oposición.
Fran Gámez (5): Firmó un partido solvente, en el que cercó bien a Nico Serrano y en el que ganó altura con bastante frecuencia. Echó en falta algo más de tino en el centro, pero fue una bombona de oxígeno para el Real Zaragoza. Dejó una postal final, sentado en el centro del campo llorando desconsoladamente, que parece indicar que está, incomprensiblemente, ante sus últimos dos partidos como zaragocista.
Alejandro Francés (5): Jugó una primera parte soberbia, en la que se impuso por arriba y por abajo y demostró sus condiciones al corte y a campo abierto, pero se contagió en la segunda y no contuvo como acostumbra.
Jair (2): Cometió un error fatal que desembocó en el 1-1 después de una notabilísima primera mitad, en la que estableció sus normas por arriba y bloqueó varios disparos peligrosos. Su segunda parte sirvió para llenar de argumentos a los que le quieren fuera del Real Zaragoza más pronto que tarde.
Akim Zedadka (4): Volvió a jugar capado, muy condicionado por partir a pierna cambiada, pero llenó su partido de corazón y coraje y ya es mucho visto lo visto. Libró un gran duelo con Pinchi, que lo decantó a su favor en la segunda parte.
Jaume Grau (4): El Real Zaragoza encontró en él durante toda la primera mitad un ancla y una bolla sobre la que girar, pero se perdió en la segunda hasta firmar 45 minutos absolutamente dantescos. Iker Losada le retrató todo el rato a la espalda sin que hubiese ni un mínimo ajuste por su parte.
Adrián Liso (8): Dio la sensación de que o era por él o no sería por nadie. El Real Zaragoza cabalgó a lomos de un juvenil durante 90 minutos y estuvo muy cerca de encontrar la victoria a base de cañonazos, acciones en velocidad y segundas jugadas. Imposible hacer más con menos.
Lucas Terrer (4): Dejó una apertura sobresaliente en el 1-0 nada más empezar, pero fue de más a muy menos. Participó a cuentagotas hasta que el ritmo del partido le superó y Víctor le sustituyó al poco de empezar la primera parte.
Maikel Mesa (1): Durante casi todas las fases del partido no le apeteció jugar a fútbol y fue un mero espectador desde dentro.
Víctor Mollejo (2’5): Vio una amarilla tempranera y pudo irse expulsado antes de tiempo por ir pasado de revoluciones en acciones intrascendentes. Futbolísticamente, al margen de la jugada del 1-0, no aportó nada.
Iván Azón (3): Mantuvo la línea de la semana pasada y pecó de blando para ir al suelo continuamente. No le dio nada al Real Zaragoza, ni con balón, ni sin él, y dejó a Liso sólo en una guerra que estuvo cerca de ganar.
También jugaron:
Alberto Vaquero (4): No entró bien al partido, pero aún así rozó un gol estratosférico desde fuera del área. Sus pinceladas de fútbol rara vez mejoraron al equipo de Víctor Fernández.
Germán Valera (3): Entró en derecha nuevamente y volvió a ser el extremo inacabado que empieza todo pero no sabe finalizar. Absolutamente desesperante.
Sergi Enrich (5): Su media hora es solo la continuidad de su temporada, pero con un cabezazo en el minuto 93 devolvió a la vida al Real Zaragoza.
Quentin Lecoeuche (SC)
Entrenador:
Víctor Fernández (3): Cambió el dibujo y devolvió al Real Zaragoza la defensa de cuatro. Eso sí, eligió a Jair por delante de Mouriño y el Racing de Ferrol retrató esa debilidad en la segunda parte. Su equipo no sabe a nada, depende de un juvenil y empeora siempre que se introducen cambios. Para colmo, dejó a Marcos Cuenca sin jugar cuando el partido volvía a pedir un atacante de su perfil.