Hubo un día, hace ya 53 años, que a alguien en Italia se le ocurrió que se podría montar una carrera ciclista por etapas que uniera sus dos pequeños mares, separados por tan sólo unos pocos centenares de kilómetros. De paso, como el interior italiano de plano no tiene nada, pues quedaría una prueba chula. Así fue y así es, la Tirreno-Adriático, la carrera de los dos mares, una de las principales citas de esta parte de la temporada y con uno de los trofeos más espectaculares, un enorme y dorado tridente.
Quien allí va a estar es Jorge Arcas. El de Sabiñánigo ha sido uno de los elegidos del contingente que Movistar ha desplazado estas semanas hasta Italia. El pasado sábado una parte de ellos, con Valverde a la cabeza, disputo una Strade Bianche que ha dejado unas imágenes espectaculares, un aire épico como hace días que no veíamos. El domingo, Arcas entre ellos, también disputaron el GP Industria, donde el serrablés tuvo una destacadísima actuación, estando muy atento en la parte final de la clásica italiana para llegar en el grupo de cabeza y firmar una excelente 17ª posición. Primer español y primer Movistar.
Lo de la Tirreno-Adriático, a partir de este próximo miércoles, será otro cantar. Ya no habrá libertad de movimientos para el altoaragonés. Primero porque en sus filas habrá un capo, Mikel Landa. Y segundo, porque habrá muchos más capos a los que no quitar el ojo de encima. La congregación de ellos en cabeza de pelotón por metro cuadrado será elevada. Al alavés hay que sumar a Sagan, Froome, Dumoulin, Bardet, Nibali, Van Avermaet, Aru… y así podría seguir un buen rato más entre jefes de filas y segundos espadas. Sin duda, durante los últimos años la Tirreno, en cuanto a participación, le está ganando la partida a su más directa competidora, la prestigiosa París-Niza. Igual es porque en Francia dicen que van en busca del sol mientras en Italia ya lo tienen.
Arcas tendrá dos días para mostrar sus condiciones. Un debut con crono por equipos de 21,5 kms y jornada final con una individual de 10 kms, distancia de prólogo. Entre medias etapas variadas con dos de ellas para sprinters y un largo fin de semana con etapas decisivas, de gran fondo como los 239 kms del viernes camino de Trevi o los exigentes 219 kms rompepiernas a los que tendrán que enfrentarse al día siguiente con final en la estación de esquí de Sassotetto. El domingo detallazo de la organización con final en Filotranno, homenaje al malogrado Michele Scarponi.