El Real Zaragoza no logra pasar del empate ante el Albacete lejos del feudo zaragocista. Un partido gris, sin grandes ocasiones y sin emoción por parte de ninguno de los equipos. «Queríamos tener un centro campo que jugara bien. No ha sido un partido bonito. Hay jugadores que juegan bien, como Francho y Eugeni, y queríamos tener el control y llegar con los laterales y un delantero grande», se ha defendido el técnico Escribá.
Un partido en el que han visto cambios importantes en el once inicial, pero que no han ocasionado el resultado esperado. «Ha habido muchos cambios, pero creo que todos han respondido bien para lo que esperábamos y para lo que ha sido el partido». Una de las entradas más relevantes de la temporada —aunque no haya sido de inicio— ha sido la de Carlos Vigaray, que ha vuelto a saltar al terreno de juego después de un año y medio de baja desde que sufrió la lesión. «Emociona que pueda estar otra vez a su nivel. Es de los jugadores más queridos en el vestuario y le deseamos lo mejor», señalaba Escribá.
Lo más positivo del partido, según ha señalado el técnico, ha sido dejar la portería a cero. Aunque también ha criticado la falta de claridad en el campo: «No hemos tenido ninguna claridad del ataque y hemos vivido del error del rival. El Albacete está haciendo una campaña excelente. Ha sido un partido bastante plano, no era nuestra idea, pero el partido avanzó hacia eso. No queríamos cometer errores y eso generó muy pocas ocasiones. El empate es lógico».
El próximo sábado el Real Zaragoza se enfrentará a la S.D Huesca en un encuentro que unirá de nuevo a dos equipos aragoneses. «Será un partido difícil. Pero es un partido para sacar tres puntos y dar el salto que queremos dar»