El Huesca volvió a invocar a la épica para empatar el 0-2 del Getafe y dejarlo todo abierto para el partido del sábado en el Coliseum. Nadie rebla.
Si hay una frase que Anquela ha intentado implantar en el vestuario esa es la de no rendirse por mal que puedan ir las cosas. Lo ha demostrado ya en varias ocasiones y ayer, en el partido más importante de la temporada y en el más ambicioso de toda la historia azulgrana, el Huesca no tiró la toalla y batalló hasta el final para lograr un empate que lo deja todo abierto de cara a la vuelta en el Coliseum Alfonso Pérez.
La victoria sobre la bocina ante el Mallorca, el gol de Samu en Reus, la remontada en el José Zorrilla de Valladolid, el empate heroico ante Las Palmas en Copa del Rey o contra el Rayo Vallecano en Vallecas y el inolvidable último partido contra el Levante en el Ciutat de València son algunos de los ejemplos que aparecen en la lista de partidos en los que el Huesca no dejó de luchar hasta el final y donde, por muy mal que iban las cosas, logró sacar algo positivo. El encuentro de la ida de semifinales de ‘playoff’ contra el Getafe solo sirve para engrosar esta meritoria lista.
Y lo hizo Camacho. El gran capitán fue el encargado de marcar el 2-2 en el 93′. Como si la lírica del fútbol le guardara al jugador que más partidos ha vestido la camiseta azulgrana y que no ha podido disfrutar de todos los minutos que habría querido en la mejor temporada del club un lugar en la historia de la SD Huesca, otro más.
El Alcoraz no rebló
El coliseo azulgrana registró su mejor entrada de toda la temporada. Más de 4.867 espectadores disfrutaron en vivo de otro partido para la historia. La afición de la SD Huesca animó más que nunca, apoyó a los suyos en los minutos más complicados y estalló de alegría con el gol de Camacho.
El Huesca llega más vivo que nunca al partido de vuelta en Getafe, con la confianza por las nubes tras dar la vuelta al 1-0 del Levante y empatar el 0-2 del cuadro azulón en menos de una semana, además de haber sido superior durante todo el partido al equipo de Bordalás, que solo se dedicó a intentar que se jugara lo mínimo posible. El gol de Camacho hace que el Huesca afronte el partido de vuelta de otra manera y permite a todos los aficionados oscenses volver a creer en su equipo.